Campeona del Mundo. Leído así, y escrito con mayúsculas, podría parecer el cenit de una deportista. Pero si solo tienes 18 años, 17 en aquel momento, y te llamas Aina Florenza, seguramente estamos hablando de un gran hito dentro de una carrera que todavía promete muchas alegrías. La mejor deportista de la ciudad del año 2019, coronada este sábado durante la 65.ª Noche del Deporte, sitúa “la Copa de Europa y la Copa de la Reina” entre sus objetivos más inmediatos. Mataronense de toda la vida, esta será su tercera temporada en el Hockey Club Palau de Plegamans. Allí fue campeona de liga y subcampeona de Europa, también durante el año 2019.
“Nací directamente con los patines”, bromea Aina. Hermana pequeña de Eric Florenza, capitán del CH Mataró, la familia “me apuntó directamente a hockey”. Empezó con solo 4 años y de aquella primera época guarda un buen recuerdo: “Pasaba muchas horas en el pabellón y siempre iba arriba y abajo con los patines.” Las cosas fueron muy rápido. Con 13 años ya era jugadora del primer equipo.
Aina Florenza debutó en la OK Liga muy joven. Tenía compañeras que le doblaban la edad, pero estamos hablando de un talento muy especial. La jugadora mataronense siempre ha destacado por su increíble habilidad de cara portería. Goleadora de raza, esta temporada nadie ha marcado más que ella en la máxima categoría. Lleva 22 goles y caerán muchos más. El Palau vino a buscarla cuando solo tenía 15 años. Aquella temporada había jugado en Nacional Catalana con el Mataró después de la experiencia en OK Liga de la anterior campaña.
El club del Vallès ofrecía a Florenza la posibilidad de volver a competir en la máxima categoría: “Necesitaba un cambio de aires y jugar en el Palau ha provocado en mí un cambio radical. He tenido más éxito como jugadora y también a nivel colectivo. Este fichaje me abrió las puertas de la selección española y, gracias a esto, pude jugar el Mundial de Barcelona.” La jugadora mataronense marcó 7 goles durante la cita internacional que acabó con el triunfo de la selección española en la final ante Argentina.
En condiciones normales, es decir sin pandemia, Aina Florenza hace cuatro o cinco veces por semana el trayecto Mataró--Palau-solità i Plegamans: “Solo son 20 o 30 minutos.” Ahora entrenan tres días y el otro hacen ciberentrenamiento cada cual desde casa suya. Además, los partidos. Este domingo volvía de un viaje en Asturias. “La Liga española es la mejor si nos referimos al nivel de sus equipos, pero en Portugal las jugadoras son profesionales. Aquí no cobramos nada, jugamos por amor al arte”, explica la mataronense. Aina Florenza no descarta probar la experiencia en el extranjero de aquí unos años.
Hasta entonces quiere terminar Educación Primaria, carrera que ha empezar a cursar este año en la Universitat de Barcelona: “Mi madre y mi hermana son profesoras y siempre había querido estudiar esto. Además, ahora necesitamos más profesoras que nunca.” Aina tiene las cosas claras, pero ni por casualidad se imaginaba que sería escogida mejor deportista de la ciudad: “Mis padres lo sabían pero no se chivaron. Estoy muy contenta. No me lo esperaba para nada. Tuvieron que grabar mi reacción dos veces.”