Tres en uno: A la final, asegurando medalla y aspirante a la gloria máxima del oro. El deporte mataroní ha vivido este jueves su día más importante a los Juegos Olímpicos de Tokyo con la clasificación para la gran final de la selección española de waterpolo, donde destacan Marta Bach y Roser Tarragó, mataronines, y Anni Espar del CN Mataró. Las espera la potente selección de los Estados Unidos.
Sábado, día 7, penúltima jornada de los Juegos a las nueve y media de la mañana. Este es el día d y la hora h en que la mejor generación de la historia del waterpolo femenino se jugará el oro olímpico en una final que se han ganado de pleno derecho a las semifinales. Contra Hungría, campeona europea, las españolas (con triple representación mataronina) han ido por delante durante todo el partido y han sabido abrir agujero al marcador primero a los dos primeros cuartos y sufrido y defendido a la segunda mitad. El resultado final, 8-6, deja atrás el obstáculo húngaro (una selección rellena del potente UVSE, enemigo predilecto del CN Mataró a Europa) y permite al equipo que entrena Miki Oca de centrarse en el partido que han sido preparando y esperando durante muchos años.
A la selección española destacan las dos mataronines, Marta Bach y Roser Tarragó, junto con la jugadora del CN Mataró Anni Espar. Las tres han sido protagonistas pero especialmente Espar ha aportado tres de los ocho goles españoles, todos a la primera parte. Por el contrario no ha sido muy vistoso el partido de Bach y Tarragó. A la defensa de boya bien pronto lo han condicionado dos exclusiones y a la canonera que juega al Mediterráneo se le ha negado el gol a pesar de intentarlo repetidamente.
El importante del día, pero, no son las aportaciones individuales. Es el paso histórico a la final que valdrá al grupo de las tres y las Maica García, Laura Ester (inconmensurable bajo palos), Bea Ortiz, Elena Ruiz, Judith Forca o Paula Leitón la segunda oportunidad para disputar el oro. Sábado a la hora de desayunarde Mataró, a Tokyo toca encararse a las potentes americanas. Tanto Bach cómo Tarragó decían, antes de empezar los Juegos, que no eran invencibles. La historia del deporte mataroní las contempla.