Del mismo modo que el resto de elementos e ingredientes de la Fiesta Mayor, la interpretación de la Misa de las Santas también presenta este año un asterisco muy gordo. Señal de excepcionalidad causada, sí. Pero también un signo topográfico que pide atención: que señala que algo pasa. En el marco del Oficio de las Santas, el día 27 a las 10 a Santa Maria, Mataró volverá a sentir la interpretación de la Misa de Gloria de Mosén Blanch, con sus tonos operísticos, su cadencia y ritualitat, desde el Kyrie al Agnus. Volverá a sonar una pieza única, al lugar y a la hora que le corresponde, sí. Pero con un cómo diferente que hace col·lidir en este 2021 dos sentimientos que se supone contrapuestos. La Misa de este año se recupera con ilusión pero la manera cómo se interpretará ha generado al suyo cercando un nudo de mal rollo que puede costar tiempo de resolver
La Misa de las Santas este año se interpreta con una orquesta y coro reducidos, bajo la batuta de Francesc Cortés. La Administración de las Santas decidió que hacía prevalecer la recuperación (no repetir el vacío del 2020, cuando solo un fragmento en voz de Josep Fadó rememoró la Misa cantada) y que interpretando las restricciones vigentes y las dificultades de su preparación y ensayos solo podía modificar el número y la composición de los intérpretes. La decisión se comunicó por carta fría (las formas, siempre son importantes) hace cosa de algo más de un mes. Se contrataría un coro estable profesional, se sumarían algunos cantaires mataronins seleccionados y así con solo dos ensayos se aseguraría el tanto.
La Misa la cantará un coro estable profesional de 16 miembros y 10 cantaires de Mataró
El día 27 (y viernes 23 al ensayo general) sonará una Misa diferente, con un coro y una orquesta adelgazados. Una decisión que ha suscitado un abanico de reacciones diversas entre la plantilla de cantaires populares habitual de la cita. La decepción y la tristeza son dos de las palabras más utilizadas. El nudo de mala maror se hizo patente martes, en un acto al Huerto del Rector de Santa Maria en motivo de los 50 años del cambio que Jordi Arenas imprimió a la interpretación popular de la pieza, el 1971. El acto escenificó el esvoranc generado alrededor de la Misa.
Reivindicando la tradición popular
La Misa de las Santas, hasta el 2019, la cantaban más o menos unos 130 cantaires. De media de edad alta, fieles, la mayoría con lustros de experiencia interpretando la pieza. Los últimos años Administración y directores (tres directores se alternan en la batuta) se habían fijado como objetivo un progresivo rejoveniment del coro. La pandemia, pero, paró la interpretación el año pasado. Solo por la Guerra o por la Semana Trágica se había dejado de interpretar. El acto de martes sirvió de repaso histórico del arraigo popular de la interpretación, de la historia de 173 años con diferentes momentos sensibles en que la tradición peligró y también del doble compromiso que Jordi Arenas pidió el 1971 para asumir el encargo y propiciar un punto de inflexión: que el coro fuera popular y abierto y que se hicieran ensayos suficientes durante meses para asegurar la buena interpretación. Estas son las bases que desde entonces han guiado la interpretación popular. Las que reivindican el grupo de cantaires que hicieron una carta pública y que martes estaban representadas por Imma Llorens. 36 años cantando la Misa. Vehemente en su intervención.
"El pueblo es quien canta la Misa y esto es el que nos hace excepcionales. Nos mueve la tradición y el sentido de pertenencia, queremos que se conozca y se haga conocer. Por eso estamos decepcionados. Hace un año estábamos tristes pero este año sentimos que no se nos ha tenido en cuenta y que se apuesta por un coro estable", dijo Llorens. La contratación remunerada de cantaires profesionales foráneos choca, a tenor de este grupo, con la esencia de la Misa. "Sería triste pensar que pagando Sant Pere canta y que se aprovechara ahora para prescindir del coro popular. La Misa es de los mataronins y la hacen especial las personas, su trabajo y dedicación y sus emociones", dijo la contralt. El aplauso fue general. Padre Josep Rodríguez, haciendo de anfitrión, pidió por la interpretación "recuperar el esfuerzo colectivo". Reivindicación hecha y, a la vez, otra maraña para la polémica.
Administración y director: "Era así o no se podía hacer"
La tirantez es mutua. La Administración de las Santas, que vela y organiza la interpretación, habla por boca de Pepe Fuente que recuerda que "el carácter popular y participado del coro no está en riesgo ni en peligro" y defensa junto con el director de este año, Francesc Cortés, que la decisión tomada es la única que garantizaba que este año se intepretés la Misa de Gloria. "Con el contexto actual no podemos reunir 140 personas ni hacer ensayos y todavía menos con la media de edad del coro. Uno de los problemas de los cantaires es que muchos empezaron con 20 años a cantar y todavía están y que en cambio no se han preocupado de que otras personas jóvenes entraran. Al contrario, los han hecho golpes de codo. Cuando se llevó la coral de voces blancas se criticó", asegura Fuente que también revela que algunos cantaires preferían una proyección grabada de la Misa que no la vía escogida.
"El coro siempre será participativo y popular, siempre! Hace falta compromiso al cantar, prepararse, mantener la voz y ser consciente cuando ya no tienes voz de dejar el paso a quien sí que tenga. Falta compromiso al renovar la plantilla. Hay gente que se piensa que la Misa es suya, que han patrimonialitzat la interpretación", asegura Fuente. La propia Administración tiene previsto pasado el verano iniciar un proceso de modernización de su estructura y naturaleza, en forma de Fundación, en la cual haya representación de Santa Maria, el Ayuntamiento, los músicos, los solistas y los cantaires. Un movimiento de piezas que puede ayudar a deshacer el nudo de mala maror.
Francesc Cortés es el director de este año y también defiende la vía profesional cómo la única viable. "Con las condiciones que teníamos no era factible hacer una interpretación normal de un coro grande, ni una selección de entre el coro. No había más remedio que coger un grupo de personas que sepamos que con un solo ensayo las podremos llevar con orquesta para hacer la Misa. No podíamos hacer un bodrio musical este año, lo teníamos que hacer bien", se defiende.
Renovar el coro, una urgencia
Cortés recuerda que ya antes de la pandemia se había apostado por la necesaria renovación del coro de cantaires y defiende que "en Jordi Arenas no posó las tablas de la ley. La Misa ha ido tirando cambios y modificaciones, lo ha hecho siempre. Ya hace años que los directores buscamos soluciones para renovar la plantilla. Hay que rejuvenecer. No es que no queramos un coro tan grande, el problema viene cuando vemos una patrimonialització de una determinada obra hasta el punto de no soltarla". De hecho el director y estudioso de la obra también asegura que "no querer que se interprete fuera de Mataró, que se conozca o que lo interprete gente joven son tres tonteries" y responde a las cantaires movilizadas que "alguien que canta 40 años la Misa demuestra una gran fidelidad pero no tendría que ser la fidelidad la que salva la Misa de las Santas, la Misa tiene que renovarse y tener juventud".
Después del verano, la Administración quiere acontecer una Fundación con representación de todas las partes
Administración y director van de bracet con el objetivo de "mejorar la Misa, hacerla mejor". En este sentido Pepe Fuente asegura que además de la modernización de la estructura que lidera "el objetivo es el de seguir teniendo solistas, un equipo de músicos estable que conozca la partitura y un coro que de aquí a 10 años estemos orgullosos y sea tanto vive como por ejemplo y si puede ser cante mejor". Apuesta en este sentido por "una celebración abierta, participativa y popular el 2022".
Josep Fadó y los solistas de primer nivel
Preparar la Misa con solo dos ensayos era el condicionante que ha hecho escoger la vía de la profesionalización por este año. También a nivel de solistas, el tenor mataroní Josep Fadó ha posado cucharada para poder reunir nivel. Marga Cloquell (soprano), Marisa Martins (mezzo), Toni Marsol (bajo) y el propio Fadó asumirán la responsabilidad. Cortés explica que se apuesta estratégicamente para "poder tener tres o cuatro solistas de cada voz que conozcan y hayan cantado la Misa. Es una manera de dar a conocer la Misa entre solistas de nivel; el hecho que todos los que la cantan lo aprecian hace que tenga cada vez más valor y que se difunda fuera".
Los solistas de este año tienen una trayectoria brillante, cantan a teatros de ópera de primera (Liceo, Real, Londres, Salzburgo, Toulouse, Berlin…). Merece la pena explicar que es todo un lujo haberlos interesar en la Misa", asegura el director.
Josep Fadó compilación que "uno de los objetivos es que haya el máximo de gente de la ciudad". Marga Cloquell vive a Mataró, como el propio Fadó que asegura que "hacía muchos años que no pasaba que dos de cuatro solistas fueran de aquí". Fadó defiende que "más allá de polémicas, estaba claro que si quería recuperar la Misa se tenía que hacer cómo se hará. No había ninguna otra solución. No es viable cabe otra manera. El que pretendemos es hacerla como dios manda y no de cualquier manera, la Misa se merece que seamos serios".
Fadó, como todo el mundo, está a la expectativa de ver cómo suena la Misa con el formato reducido de coro y orquesta y recoge que "siempre es satisfactorio por un artista poder trabajar en casa" pero lamenta que no se lo haya contratado "en 20 años de trayectoria" para hacer ningún recital por Santas a casa. Tampoco en el año del 80 % de protagonismo local de la programación: "La Misa es una cosa muy concreta pero durante muchos años, a nivel local ha venido hasta el tato y no han pensado en mí. Es triste que cuenten con mí cuando tienen que pedir favores y después se olviden", remata.
La Administración de las Santas es una estructura antigua, poco operativa y poco representativa
Volviendo a la Misa, y a modo final, si una cosa está clara es que cuando se haya acabado la Misa de este año queda mucho trabajo para hacer para seguir cuidando la romanalla musical privilegiada e histórica que es una pieza como esta. Para difundirla y cuidarla. Para mantenerle el temple popular y la triple condición musical, litúrgica y patrimonial. 173 años después de su estreno, la Misa devuelve. Y todavía se hablará.