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El abismo del 5 % de los votos en las elecciones municipales

El politólogo Miguel Guillén reflexiona sobre la barrera para obtener representación en el próximo Ayuntamiento

Quedan ya solo tres meses para las elecciones municipales y a Mataró los diferentes partidos ya han puesto en marcha sus maquinarias, presentando candidatos, propuestas, etc. Una de las cuestiones clave en estos comicios será nuevamente el nivel de participación, pues este determina cómo de costosa es cada acta de regidor para las diferentes candidaturas. En el siguiente gráfico se puede observar cómo ha ido evolucionando la participación en las elecciones municipales en nuestra ciudad entre 1979 y 2019: el nivel más alto lo encontramos el 1983, con una participación del 69,99 %, mientras que la más baja se produjo el 2007, con un 46,77 %. Es decir, más de veinte puntos de diferencia.

Después de aquel 2007 en que la participación tocó fondo, esta se ha ido recuperando: 53,21 % el 2011, 53,82 % el 2015 y 63,56 % el 2019, si bien los niveles no llegan a los que se logran a las elecciones generales o incluso al Parlamento de Cataluña. Las municipales, pues, se suele decir que son las "hermanas pobres" entre las diferentes elecciones, junto con las Europeas. Pero que pasará este 2023? No lo podemos saber, pero a nadie se le escapa que los niveles de movilización política no son los mismos que hace cuatro años, en una situación absolutamente diferente, y pocos son los que apostarán por un porcentaje de participación superior a aquel 63,56 %.

Elaboración propia a partir de datos del Ayuntamiento de Mataró

 

Hace cuatro años, cinco candidaturas obtuvieron representación en el Ayuntamiento de Mataró: PSC, ERC, En común Podemos, Juntos y C's, mientras que cuatro años antes lo hicieron hasta nueve listas: PSC, CiU, ERC, Queremos, C's, PP, CUP, PxC e ICV-EUiA, el consistorio más fragmentado de la historia. El 2019 la CUP se quedó a las puertas de volver a obtener representación, con un 4,72 %, como Vox (4,11 %) o el PP, más atrás con un 3,80 %. El caso es que hay diferentes candidaturas que este 2023 tienen como gran objetivo superar el 5 % que permite obtener representación en la sala de plenos, principalmente aquellas que hace cuatro años se quedaron a las puertas. Históricamente, a ERC le costó mucho llegar al 5 % de los votos, y por eso no obtuvo representación hasta el 2003: 3,21 % el 1979, 4,24 % el 1983, 3,13 % el 1987, 1,41 % el 1991, 4,86 % el 1995, 4,06 % el 1999 o incluso 3,97 % el 2011. Además, son muchas las candidaturas minoritarias que, en estas once elecciones municipales que se han celebrado, no consiguieron representación, porque se quedaron bastante por debajo del 5 %.

Este año, probablemente también serán más de una, y la función que representarán no irá más allá de la que todo el mundo conoce: agrandar el ego de los cabos de lista, tradicionalmente personas que no quieren aceptar su fracaso político ni que su tiempo ya pasó, y perjudicar formaciones que representan un espacio político similar, normalmente con ex compañeros de partido. A lo largo de la historia hay múltiples ejemplos, también a Mataró. Unos no conseguirán representación y los otros la verán reducida. Un pan como unas hostias, vaya, del cual sacan provecho los partidos mayoritarios.

Pero la pregunta es: cómo de costoso ha sido llegar a este 5 % a lo largo de los años? En el siguiente gráfico aparece la evolución de los votos absolutos que representaban el 5 % sobre el total (no se tienen en cuenta los votos en blanco ni los nulos):

Elaboración propia a partir de datos del Ayuntamiento de Mataró

 

Cómo se puede ver, normalmente han hecho falta entre 2.000 y 2.500 votos para obtener representación en el Ayuntamiento de Mataró, si bien algunos años ha sido algo más caro, como el 1995 (hacían falta 2.565 votos para llegar al 5 %) o el extraordinario 2019, en que se llegó a los 2.766 votos. Es decir, hace cuatro años fue cuando más votos, en números absolutos, hacían falta para conseguir representación institucional. Obviamente, el aumento de la población de nuestra ciudad en estos últimos cuarenta y cuatro años se tienen que tener en cuenta, pero los partidos locales tienen muy claro estas cifras redondas de los 2.000-2.500 votos. Al fin y al cabo, estamos hablando de personas a que se tiene que convencer para que depositen el voto a la urna. Y los partidos ya han salido a la "caza del voto".

Por todo esto, las diferentes candidaturas de la ciudad, obviamente sobre todo las que a día de hoy no tienen representación (pero no solo), han empezado a hacer sus cálculos para llegar a este 5 %, porque por debajo de este porcentaje se quedarían sin ningún regidor y todo el mundo sabe que hace mucho frío fuera del Ayuntamiento. Y no lo dirán en público, pero en privado se reconoce que una baja participación puede hacer que determinados partidos minoritarios con un grueso de votantes fieles lo tendrán más fácil para conseguir entrar (o devolver) al Ayuntamiento. Aquí estará una de las claves de las próximos elecciones municipales del 28 de mayo a Mataró: cuántas candidaturas conseguirán representación, cosa que determinará cómo de fragmentado estará el consistorio, y por lo tanto, qué gobernabilidad y qué pactos se podrán producir después de los comicios. La respuesta, en tres meses justos.

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