La Torre Barceló, desde dentro. Este era el gran aliciente y el gran reclamo asociado a la visita de obras que la promotora de este edificio de 26 plantas en primera línea de mar de Mataró organizó para el pasado viernes. Autoridades locales, miembros de PUMSA, profesionales de Batlle i Roig, el despacho de arquitectos del edificio, y de la propia constructora Stoneweg, además de los medios de comunicación, pudieron entrar en la obra y llegar casi hasta lo más alto del edificio. Las vistas que se ven en esta galería dan fe de la oportunidad.
La Torre Barceló debe terminar las obras a finales de este 2024 y se prevé que sus primeros inquilinos entren a vivir a principios de 2025, alrededor del primer trimestre. Quedan, pues, más de medio año de obras, pero algunos de los grandes rasgos del edificio ya son visibles y apreciables a medio proceso. De hecho, la altura máxima ya se ha alcanzado y los trabajos se concentran ahora en la fachada y en los acabados interiores, que se completan de abajo hacia arriba.
La Torre Barceló acogerá 192 pisos que serán todos de venta tras anunciarse inicialmente que serían de alquiler. Es, al mismo tiempo, un edificio-mirador, con forma romboidal que tendrá usos mixtos de todo su espacio en metros cuadrados y combinará espacios comerciales y para oficinas (2.500 m2) en las plantas bajas, y viviendas en las superiores (un máximo de 192). En la parte residencial, además, destacarán los espacios para uso comunitario.
La visita de obras permitió ver la ciudad desde la planta 24 y, justo después, entrar en el primer piso muestra que se ha habilitado.
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