"Mataró, este año sí!". Las cuatro primeras palabras pronunciadas por el alcalde David Boto son el mejor resumen del Llamamiento, con la que cumpliendo la tradición, a 25 de julio, la ciudad ha entrado fervorosamente en la liturgia de Las Santas. Un Llamamiento literal, declamada a mucho volumen para imponerse sobre la bronca del colectivo de la Tejedora que ha protestado e increpado al alcalde.
El Llamamiento ha empezado con prácticamente un cuarto temprano de retraso, algo impropio del ritual de Las Santas y más de un día milimetrado y cronometrado cómo el 25. Deberían de ser las ganas de fiesta y el gentío, que hacía difícil el avanzar de las comparsas hacia el Ayuntamiento.
La victoria sobre la Covid
David Boto, gritando literalmente, ha vinut a proclamar la victoria sobre la Covid tres años después de su último Llamamiento. Y lo ha hecho con visión retrospectiva de este tiempo. "Muchas cosas han cambiado que preocupados han dejado. 5 meses de guerra a Ucrania y una gran batalla mundial contra el coronavirus. Todos encontremos alguien a faltar... por ellos: un recuerdo, y por nosotros, la fiesta, por todo Mataró, impregnados de fuerza y de esperanza", ha dicho para añadir otro homenaje a quienes remaron contra el virus. "A quien nos habéis ayudado a vencer, vuestro esfuerzo y disciplina es bastante, es vida. Sanitarios, policías, trabajadores de la limpieza o de los supermercados, a tantos y tantos, vaya por adelantado, muchas, muchas gracias", ha dicho.
Boto ha pedido también, antes de hacer un tipo de recuento a 15 con aires del Calorcito de Rita Barberà, unas Santas civilizadas: "A quien tanto estimáis la cultura, hagámosla popular, reencontrémonos. Cantamos, bailamos, con tino…con arrebato, unámonos haciendo Fiesta Mayor. Pequeños y grandes, jóvenes y familia... Todos, todos a una, a Mataró son y serán Santas. Las queremos cívicas, seguras e igualitarias, las queremos de todas y de todos; para todo el mundo y de todo el mundo. A Mataró somos gente diversa y hoy somos todos de fiesta", ha dicho.
Boto ha encendido la traca y todo se ha desatado. El Paquito de la Banda, los Enanos con saludo exprés de los tres centenares de este año, las momerotes, los dos dragones y después del fuego, con aquel hormigueo de niños cabe adentro del cercado, el águila y los Gigantes. El clímax de la primera Dormida en tres años, obviamente, en Robafaves.
A todo esto y por enésima vez, el ante el Ayuntamiento se ha demostrado pequeño y escandalosamente insuficiente para acoger este acto. Detrás el Ayuntamiento, mucha gente y mucha pantalla pero sin sentirse el sonido. Cosas de Santas que tanto y tanto las habíamos esperado y que el volador de las ocho menos cuarto ha decidido de volvernos a hartarnos.