Las cámaras de videovigilància por fin serán una realidad a corto plazo en Mataró , si nada se tuerce en los próximos meses. Durante el primer trimestre de 2023, se tienen que empezar a instalar a los puntos donde está previsto, es decir, al Parque de Rocafonda, en la calle Rosselló de Cerdanyola y en la zona de ocio nocturno del Pla d'en Boet.
Ya hace años que el Ayuntamiento quiere instalar cámaras como medida para combatir la inseguridad que se vive en la ciudad, y se había marcado este 2022 como año hacerlo. Este año, pero, finalmente no ha sido posible, puesto que su despliegue depende tanto de permisos de la Generalitat cómo de un proceso de licitación pública sin trabas. Este martes el Concejal de Vía Pública, Juan Carlos Jerez, ha anunciado que ya se han adjudicado los dos contratos necesarios, el de las cámaras y el del hardware y software que las gestiona.
Ante esto, se espera que antes de acabar el primer trimestre de 2023 ya se empiecen a instalar las cámaras de videovigilancia en los puntos más conflictivos de la ciudad. Cómo ya se había anunciado, se ubicarán en Rocafonda (enconcreto en el parque del barrio), en Cerdanyola y en la plaza Miquel Biada, mientras que las de la zona de ocio nocturno serán mixtas puesto que también servirán para controlar el tráfico.
En el pack también se incluyen las cámaras de acceso y salida del centro histórico, que servirán para leer matrículas de los vehículos y sustituir las pilones de calles cómo Sant Josep. A banda, también se incorporarán nuevas cámaras de tráfico y nuevos paneles informativos y de alerta que se instalarán a los accesos de los pasos subterráneos del frente marítm, de cara a evitar problemas cómo los vividos al Tornillo en las trombas de agua del mes de septiembre pasado.