El toque de queda es seguramente la restricción contra la Covid-19 más singular de todas. El confinamiento nocturno entró en vigor el 25 de octubre y se mantendrá mientras dure el Estado de Alarma, que decaerá el 9 de mayo. Hasta entonces, pero, la norma de no poder estar en la calle de diez de la noche a seis de la mañana puede cambiar. Y después del propio 9 de mayo se podría mirar de mantener, si la justicia lo autoriza.
Sin el estado de alarma, el toque de queda quedará sin amparo legal. En este sentido, Marco Ramentol, secretario general de Salud de la Generalitat, ha asegurado que el 9 de mayo "ni mucho menos habrá acabado la emergencia pandèmica a Cataluña". El secretario de Salud ha afirmado que el toque de queda "ha sido una medida efectiva", pero ha insistido que afecta emocionalmente la población y ha abierto la puerta a revisarla antes del fin del estado de alarma: "No sé si hay que esperar al 9 de mayo para revisar esta medida".
En este sentido, también ha asegurado que la medida continuará en revisión y, a partir del 9 de mayo, si sigue siendo necesaria, estudiarán qué mecanismos legales se tendrán que aplicar en caso de que la pandemia no esté más controlada. Sin el paraguas del estado de alarma, pero, todo el margen de restricciones que quiera aplicar el Gobierno de la Generalitat tendrá que contar con el beneplácito de la justicia.
La reducción horaria está sobre la tabla
El consejero de Interior en funciones, Miquel Sàmper, ha dicho este lunes que por ahora no se puede sacar el toque de queda, pero sí que "se puede reducir". Preguntado por la posibilidad de eliminar esta restricción antes del 9 de mayo, Sàmper ha explicado que es una de las cuestiones que se está hablando a las interioridades del Procicat. "No se tiene que interpretar cómo hacer desaparecer de forma definitiva el confinamiento nocturno", ha apuntado, "pero es evidente que ahora lo tenemos en su máxima amplitud tal como dice el decreto de alarma, se puede reducir y tan de bono que muy pronto se pueda sacar del todo".
En este sentido, el consejero ha recordado que se trata de una medida que se ha demostrado "eficaz y eficiente" a la hora de reducir las interacciones sociales, sobre todo entre los más jóvenes. Aún así ha reafirmado que "no será eterna" y que la ciudadanía no "se tiene que acostumbrar" a vivir con él porque restringe un "derecho fundamental" cómo es la movilidad.