El Ayuntamiento de Mataró ha iniciado un proceso para reorganizar la Policía Local de forma que sea más efectiva que hasta ahora en la resolución de problemas y conflictos a la ciudad. El objetivo es ganar eficacia y dar una respuesta más adecuada a las peticiones ciudadanas, que demasiado a menudo quedan sin atender correctamente o bien sin resolver. El nuevo modelo quiere reforzar la capacidad de reacción inmediata y a la vez priorizar un abordaje integral de las situaciones conflictivas, entre ellas las ocupaciones, con una colaboración más apretón con el resto de departamentos municipales y cuerpos de seguridad. El consistorio confía que la plantilla lo verá con buenos ojos, a pesar del conflicto latente que mantiene con el consistorio que ha generado problemas de todo tipo, como por ejemplo vagas encubiertas, en los últimos años.
"Se quieren resolver los problemas desde un punto de vista comunitario"
"Se trata de un cambio de cultura organizativa y de trabajo focalizada en la resolución de problemas desde el punto de vista comunitario", explica el primer Teniente de Alcalde, Juan Carlos Jerez, que lo ha definido cómo una "revolución" dentro del cuerpo. Según el Ayuntamiento, el modelo actual de la Policía Local es demasiado reactivo. "Entra una llamada alertando de un problema y el mando envía una patrulla, pero a menudo esta no puede dar solución más allá de un parche de emergencia", explica Jerez. A banda, en más de una ocasión este modelo hace que no haya bastante patrullas para llegar en todas partes y muchas demandas no sean atendidas, algo que enfurece los mataronins.
La Policía Local tendrá un nuevo protocolo de atención ciudadana con especialistas
La nueva estructura se dividirá en cuatro áreas: el área territorial, donde se ubicará dos tercios de la plantilla y se dedicará a la actuación inmediata y de emergencia; la policía de barrio, que incluirá la unidad de civismo y convivencia y trabajará más en medio y largo plazo en la solución de problemas enquistados; y el área de tráfico. Pero una de las claves es que la Policía Local se dotará "de un nuevo protocolo de atención ciudadana con especialistas en la materia", según el regidor. Siguiendo un modelo similar al que ya se aplica en otros ámbitos de la administración (Ayuntamiento, atención primaria a Salud...), a través de teléfono o bien telemáticamente, con personal específico que pueda gestionar directamente la situación, establecer qué es urgente y que no y derivar los recursos correspondientes. " habrá situaciones que requerirán de una actuación inmediata de una patrulla, pero otros que se tendrán que abordar de otro modo, quizás no de inmediato", recalca Jerez.
Así se quiere acabar con el sistema actual, que el responsable de Vía Pública resume con los siguientes palabras. "Ahora se posa a la cola todas las incidencias que entran a comisaría y se tratan todas igual; además, a menudo la patrulla no llega a actuar porque le sale otra situación más urgente o bien porque tenemos los efectivos ocupados, y la ciudadanía se enfada con razón; el problema es que todo se atiende cómo si fueran emergencias y desde un punto de vista reactivo".
Las claves
- Dos tercios de la plantilla se dedicarán a las actuaciones inmediatas y de emergencias
- La nueva Policía de Barrio trabajará más a largo plazo en la solución de problemas de seguridad y convivencia enquistados
- Cambio en la atención ciudadana: se quiere dar respuesta más rápida a las emergencias pero también establecer cita previa y respuesta telemática
- Cambio en la relación con Mossos d'Esquadra, a quienes se pide que asuma temas cómo la custodia de detenidos
- Habrá que ver cómo lo entoma la plantilla, en conflicto latente con el consistorio
Muchas situaciones conflictivas requieren un trabajo que va más allá de la respuesta inmediata, puesto que requieren de investigación, mediación social o la intervención otros departamentos para resolverlas. Por ejemplo, una patrulla puede dispersar un botellot, pero si este fenómeno se repite cada noche este tipo de respuesta acaba siendo inútil si no se acompaña otras actuaciones. En más de una ocasión las patrullas vuelven de un servicio determinado con las manos vacías, puesto que se los ha enviado a hacer frente a una situación que en realidad lo tienen que resolver otros departamentos o servicios, como por ejemplo los Bomberos o Urbanismo. Y a menudo no son una emergencia, sino que pueden esperar a ser atendidas al día siguiente por el ámbito experto en la materia. Un modelo disfuncional al que, en definitiva, se quiere dar un tumbo.
La unidad que lucha contra las ocupaciones es el modelo a seguir
No toda la Policía Local, pero, funciona con estos parámetros. La Unidad de Civismo y Convivencia (UCC), creada el 2017 y centrada principalmente en el fenómeno de las ocupaciones, se considera un caso de éxito, con un modelo de trabajo que se quiere trasladar ahora al resto del cuerpo policial. Su metodología incluye un abordaje transversal de los conflictos, basado tanto en la prevención cómo en la resolución, apostando por la coordinación otras departamentos (Licencias, Aguas de Mataró, Servicios Sociales), así como con los Mozos y la Policía Nacional.
Cambio en la relación con los Mozos
Mejorar la coordinación con los Mossos d'Esquadra también será una de las claves del nuevo modelo organizativo. Además de la reclamación histórica de más agentes de la Policía de la Generalitat para Mataró y entornos, el Ayuntamiento reclama que Mozos asuma el rol que le corresponde según la Ley de Cuerpos de Seguridad de 1986 en cuestiones cómo la custodia y traslado al juez de los detenidos, tarea que hoy realiza en parte la Policía Local y a la que tiene que destinar demasiados recursos y tiempos.
Aumento de la plantilla
Otra cuestión capital para implementar esta nueva organización es el aumento de la plantilla, que pasará de 176 a 181 agentes en 2022 (además de la cobertura de bajas que hasta ahora no se hacía). A esto se suma una reorganización de los efectivos basada al sacar policías de tareas administrativas y técnicas, de las cuales se encargarán ahora otras funcionarios, porque los agentes se puedan centrar en trabajos 100 % policiales. Un ejemplo de esto es la contratación de seguridad privada para equipamientos cómo el propio Ayuntamiento.
Quién tendrá que posar a la práctica todos estos cambios son, evidentemente, los agentes y sus mandos. Pero qué es la predisposición de la plantilla, teniendo en cuenta que su relación con parte de los mandos y con el Ayuntamiento es muy tensa? En los últimos años los sindicatos de la Policía Local han hecho demostraciones de fuerza como por ejemplo una huelga encubierta en el turno por la noche, así como otras protestas contra el modelo de Policía de Barrio. El consistorio confía, pero, que esta nueva propuesta será muy recibida por los agentes. "Es un cambio muy ambicioso, pero lo introduciremos gradualmente, y hoy por hoy no supone cambios importantes para la tarea de cada agente", resuelve Jerez.