Mohamed T, acusado de matar la exparella en Mataró el abril de 2014 y de enterrar el cuerpo en un bosque en Dosrius, se negó martes a someterse a la prueba P300, un examen neurológico conocido como el 'test de la verdad'. La prueba es voluntaria e inicialmente el acusado habría firmado la autorización para hacérsela con el objetivo de intentar demostrar su inocencia, pero poco antes de empezar se negó. El hombre está encarcelado desde mayo de 2014 ante las evidencias de la investigación, que llevaron la jueza a concluir que era culpable. Un año y medio después de los hechos, pero, el cuerpo todavía no ha aparecido. La familia ha pedido ahora que se pueda retomar la investigación del cuerpo con un sistema de georadar.
El cuerpo de Piedad Moya continúa sin aparecer, un año y medio después de que la mujer desapareciera en Mataró, donde vivía, el 4 de abril de 2014. Tenía 44 años y tenía dos hijas. Un mes después de la desaparición todas las pruebas de la investigación policial señalaban la exparella, Mohamed T, de 47 años, que fue detenido y encarcelado.
El hombre habría muerto y enterrado la mujer en una zona boscosa del municipio de Dosrius, donde la familia tenía unos terrenos. Aún así, el cuerpo todavía no se ha encontrado. En un primer momento se movilizó, sin éxito, la Unidad Canina de los Mossos d'Esquadra y también se hicieron vareos ciudadanos para intentar encontrar el cuerpo.
Una de las vías para poder intentar encontrar el cuerpo y aclarar los hechos era someter el acusado en el test P300, una prueba neurológica voluntaria que analiza la respuesta de las señales del cerebro ante determinados estímulos. La familia sospecha que el hombre habría enterrado la víctima en uno de los pozos de la finca familiar, donde habrían descubierto un doble fundes. Cerrada esta puerta, la familia confía ahora en que la jueza fije fecha para retomar la investigación del cuerpo sobre el terreno con un sistema de georadar.