Pasaban pocos minutos de las 4 de la tarde de jueves día 11 cuando la excavadora tocaba fondo. Había llegado hasta los 8 metros de profundidad del pozo de la finca de Dosrius, allá donde la familia de la mataronina Piedad Moya confiaba al encontrar su cuerpo. Pero allá al fondo, después de más de 7 horas de excavaciones ininterrumpidas, no apareció nada. Moya, desaparecida ahora hace tres años, sigue en paradero desconocido, y ahora sin ninguna pista que pueda indicar donde está escondido su cadáver. Un golpe mucho llevar para las esperanzas de la familia de acabar encontrándola.
Tres años después de su desaparición la familia finalmente pudo perforar el pozo donde siempre habían pensado que había su cuerpo escondido, pero el resultado no fue el esperado
La intensa lluvia que cayó durante toda la mañana y mediodía en Dosrius convirtió los terrenos alrededor del pozo en un auténtico lodazal, y en un suplicio la espera de los hermanos y otros familiares de Moya, que aguantaron estoicamente la larga jornada. Lo hicieron porque confiaban que su Piedad era allá. Que su exparella, Mohamed Taheri lo había escondido al fondo del pozo. Taheri nunca ha dicho qué había hecho, del cuerpo de su ex mujer; de hecho nunca ha reconocido el crimen, a pesar de que ha sido condenado a 15 años por homicidio. Se acumulaban tantos indicios en contra de él que no va caldre una confesión ni encontrar el cuerpo para ponerlo entre rejas.
Todos estos indicios apuntan que, a principios de abril de 2014, Mohamed asesinó Piedad -que se había separado de él hacía unos meses y marchado a vivir a otro piso con sus dos hijas- y la enterró en la zona boscosa de los entornos de la finca familiar de Dosrius. El mismo día de la desaparición de la víctima el acusado hizo varios viajes a estos terrenos, tal y cómo constata el registro de su teléfono móvil. Por eso la investigación del cuerpo siempre se ha centrado en esta zona, primero a la finca y sus entornos más cercanos y después a todo el bosque de los alrededores.
De Moya, pero, hasta ahora no ha aparecido ni rastro. Ni siquiera una prenda de ropa, un pendiente... Nada
De Moya, pero, hasta ahora no ha aparecido ni rastro. Ni siquiera una prenda de ropa, un pendiente... Nada. Ni la Unidad de Desaparecidos de los Mossos d'Esquadra primero, ni el vareo ciudadano posterior, sirvió para aportar ninguna pista. Desesperados por la carencia de resultados, la familia contactó con Luís Avial, un geofísic que había participado con su sistema de georradar en la investigación de Marta de Castillo, la joven sevillana desaparecida y presuntamente asesinada en 2009, el cuerpo de la cual tampoco se ha encontrado todavía. Avial acepta hacerse cargo de la investigación y se desplaza a la finca de Dosrius, pero allá comprueba que no es posible pasar el aparato, puesto que el terreno es demasiado extenso. La investigación por parte de la policía se para porque la jueza determina que hay que concretar el ámbito de la misma. El test neurofisològic voluntario al que se quiere someter el exparella de Piedad porque determine donde puede estar enterrada podría haber sido una solución, pero Mohamed se acaba negando a última hora.
De este modo se llega al juicio sin haber encontrado el cuerpo, y sin que la familia haya entendido nunca porque no se analizó el pozo. A pesar de esto el jurado popular considera el exparella de Piedad culpable de su homicidio, y la jueza lo condena a 15 años de prisión. La misma jueza que unas semanas más tarde firma un auto donde autoriza la familia de Moya a perforar el pozo de la finca que había quedado pendiente de investigar. Los familiares recaudaron donaciones para poder financiar el operativo, que fue a cargo de una empresa especializada, Excavaciones Otero, bajo la mirada de los Mossos d'Esquadra, encargados de dejar testigo y ofrecer auxilio en caso necesario.
Ninguna nueva pista que indique por donde seguir buscando
Los resultados negativos de la acción del pasado jueves dejan en punto muerto la investigación de Piedad Moya. Descartado el pozo, sin ninguna nueva pista que pueda indicar en qué otro lugar podría estar escondido su cuerpo, con la investigación policial cerrada y la exparella condenada y entre rejas un golpe celebrado el juicio, ahora mismo la familia no tiene ningún indicador sobre qué rumbo seguir.