Navidad es la fiesta más azucarada del año. Los diabéticos bastante que lo saben y quienes se tienen que vigilar el peso, tres cuartos del mismo. Los postres de las comidas navideñas garantizan grandes dosis de azúcar y por más que los protagonismo de turrones y barquillos sea indiscutible, merece la pena apostar también por la pluralidad en la mesa en aquella hora en que creemos que honestamente no tenemos más hambre. Pero por un dulce siempre hay un trozo más de duodeno.
Porque los dulces de Navidad, pues, vayan más allá de la bandeja con los diferentes tipos de turrón y los barquillos con las que los niños pasará a jugar cuando ya no pueda decir haba, entre tradiciones propias y otros de importadas y ya totalmente nostrades tenemos una importante línea de ataque que entre bombones y peladillas nos pueden asegurar que un día que nos pasamos de la raya “porque toca” no lo haremos por poco.
A mesa, pues, podemos añadir...
Panettone
Sensacional. Sort que el nombre nos remite a su origen italiano porque gusta, y gusta tanto, que seguro que el Instituto de Nueva Historia sería capaz de decir que tiene que ser catalán. El panettone, es un tipo de pan dulce, con un muelle mucho flonja y aireada. Es un pastel original de la Lombardia, que tiene su capital en Milà. La versión original lleva fruta confitada y pasas, pero hoy en día existen muchas variantes. Tradicionalmente se prepara y se come en Navidad o Fin de año.
Polvorones
El polvorón es un producto típico de la repostería navideña española hecho sobre todo con azúcar, mucha harina y manteca de cerdo. Son ancestralmente conocidos los de Estepa. Son típicos de vender entre grupos de escolares que quieren ir de viaje de final de curso y más allá de los más corrientes (limón, anís, chocolate, almendras) merece la pena comprar de artesanales y contundentes. Indispensable jugar a decir Pamplona con la boca llena.
Mazapanes
El mazapán no es un ingrediente exclusivo de la Navidad, de hecho son al relleno de muchos de los roscones de domingo o cualquier otra celebración a lo largo del año, pero es típico en Navidad de amasarlo y colorejar-*lo por parte de las pastelerías y darle medidas animales o divertidas. En forma de cochinillo o reproduciendo formas de frutas en pequeños detalles en bandeja.
Catanias
No tienen absolutamente nada de navideño, pero son sensacionales como detalle si nos invitan y más este año que quizás tenemos que hacer encuentros breves, más cortas que comidas. Las Catànies son un dulce seco típico de Vilafranca del Penedès, elaborado con almendras marcones enteras, tostadas y caramelizadas, recubiertas de pasta de almendra, avellana y leche y después recubierto de una fina capa de chocolate negro o cacao y azúcar refinado.
Tronco de Navidad
El hermano dulce del Tió. El tronco de Navidad es un postre indispensable y de los más clásicos que no puede faltar durante las fiestas navideñas. De aspecto es bastante pareciendo en el brazo de gitano: forma cilíndrica que parte de una plancha de pan de pellizco y alargada. Normalmente el tronco de Navidad se rellena de nata, crema, trufa o bien turrón, y se recubre de chocolate, dándole un aspecto muy parecido al de una corteza de un tronco.