La higuera es un árbol perteneciente a la familia de las Moràcies, de las cuales existen más de 1500 especies. Entre los diferentes tipos de higueras, se encuentran las denominadas Bíferes, que son aquellas que producen dos frutos diferentes: los higos y las brevas, que aunque parecidas, no son el mismo. De hecho, entre la cosecha de una y la otra distan más de 8 meses, de aquí el refrán que mujer nombre al título del artículo, y que se utiliza para denominar a un acto que ocurre de mucho tanto en tanto.
Existen muchas diferencias entre el higo y la breva, además, de la mencionada al anterior párrafo (el higo sale a finales de verano y la breva a finales de mayo), cómo por ejemplo: la breva tiene forma más de pera, es de mayor tamaño, menos dulce por el hecho que tiene mayor cantidad de agua (por el que es menos calórica) y su piel es de color verdoso, con una carne, eso sí, de color mucho más intenso. El higo por su parte, contiene más azúcar, es más pequeño y su exterior de una tonalidad morada.
La manera de crecer también difiere entre ambas: la breva crece bajo la hoja, el higo lo hace por encima de ella.
Las dos comparten eso sí, el hecho de ser alimentos energéticos y, por lo tanto, muy aconsejables para los deportistas, tanto antes cómo después del entrenamiento. Entre sus múltiples beneficios, se encuentran también: regulan el sistema nervioso y el ritmo cardíaco, poseen multitud de minerales cómo el potasio, el magnesio o el fósforo que sirven para aumentar las defensa y favorecen la producción de la demasiada muscular.
Estos frutos suelen comerse frescos, si bien también pueden utilizarse en cocina para hacer mermeladas, pasteles o formar parte de salsas para acompañar guisos de carnes.