Conviene cuidar las tradiciones, que no se pierdan. Así en genérico, esta frase ya tiene sentido aplicada a cualquier disciplina. El ánimo historicista o conservadorista (cuando no es conservador o retrógrado, se entiende) es bienvenido siempre. Pero es que además esta semana la sentencia no es en abstracto, no. Es en concreto y en preciso. Conviene cuidar las tradiciones gastronómicas y las que hacen referencia a los postres, si se permite, todavía más.
Por postres podemos comer más o menos el mismo, si se puede elegir, a lo largo del año pero precisamente para no tener este margen, para ceñirse a según qué, hace guapo de agasajar el calendario con el dulce que le es pertinente. Del mismo modo que no es negociable un buen sable por Santo Simó ni un Tortell por Reyes haríamos bien de no dejarnos despistar por el calendario en diferido y, sea por Sant Antoni de los burros o por los Tres Tumbos locales (que siempre van tarde) optar por la herradura. El tortell propio de la celebración.
Hace un año, cuando de retruque de la Covid-19 (esta que ahora dicen que sí que se acaba, ay, tan de bono, por favor, por favor!) se suspendieron los Tres Tumbos, Mataró hizo una apuesta por la herradura como evocación, como manera de celebrarlos. Este año, que sí que hay (son este domingo al Paseo Marítimo, cosa extraña) no tenemos que dejar perder la herradura. De hecho, hay pastelerías que hace domingos que sirven. Porque tienen tonis o antònies que celebran el Santo cuando toca (17 de enero) o por el que sea. Es de esperar que este fin de semana las herraduras vayan además.
La forma se ha perdido a otros lugares
A pesar de que la Herradura de Sant Antoni no es originaria o propia solo de Mataró o lo Maresme, es curioso de comprobar como muchos lugares de tradición de Tres Tumbos han mantenido la simbiosis entre el tortell y la celebración pero, en cambio, han perdido la característica de la forma que remite a los caballos. Por lo tanto cuándo a Mataró seguimos haciendo y comiendo el tortell en forma de U estamos cuidando una tradición dulce y especial cómo esta.
Sea rellenado de nata, cabello de ángel o mazapán. Lleve figura de animaló dentro o haba. Lo encargamos o nos lo encontramos. Vamos o no a los Tres Tumbos, lo escogemos o no si nos invitan a comer fuera o si sencillamente lo ignoramos porque no nos dice nada, el que conviene aquí es apelar a la conciencia, la militancia y el sentido común. Seamos conscientes de valorar el tortell propio, militamos al mantener la forma que a otros lugares se pierde y tengamos en sentido común de hacernos un buen auto-homenajeo a la hora de los postres. Por nosotros, por los animales, por Sant Antoni o por sursum cuerda!