La tradición de Santo Esteve: los canelons

La tradición de Sant Esteve: los canelones

Hay gente para la que los canelones son el elemento más esperado de toda la tradición navideña

Los canelones no son catalanes, sino italianos por más que cada año por San Esteve (que no es festivo al resto del Estado) nos parezcan la cosa más nostrada del mundo. Surgidos como método genial de aprovechamiento de las carnes sobrantes de la preparación o la propia comida de Navidad, hoy en día son por alguna gente el plato más esperado de las fiestas desplazando incluso del centro neurálgico de los anhelos gastronómicos navideños a los propios turrones o el aviram asado de Navidad.

A pesar de que en cada casa los canelones son diferentes (y cada familia es capaz de argumentar si hace falta con tesis y argumentos diferentes)

El origen

A pesar de que los canelones llegaron a Cataluña en medio siglo XVIII, su eclosión tiene algo más de un siglo de historia. La industria del canelón en España lo tenemos que identificar jefe el 1911 en que Ramon Flo y Valls, fabricando de pastas desde 1898, y fundador de la empresa Lo Pavo, empezó a elaborar pasta de canelones con gran éxito comercial y de público. De aqui aconteció su popularización al ámbito doméstico y en la restauración en Cataluña y su progresiva implementación el día siguiente de Navidad

El truco

Cada tierra hace su guerra y cada casa hace sus canelones. Atreverse a decir secretos puede suponer pisar el ojo de piojo de alguna abuela octogenaria pero hay un de fuerza extendido cómo es el de añadir hígado o foie gras a la mezcla de carnes, porque sea más amorosida y tenga un efecto gustativo mucho más profundo. Es sensacional. Otro de distinguido es el de rayar (con precaución, que el aroma es fuerte y puede dominar demasiado) un poco de trufa sobre el queso antes de gratinar.

La alternativa

La alternativa a los canelones de carne mezclada, con queso y bechamel y gustosamente gratinados es prácticamente tan extendida por suerte como los propios canelones. Basta con ver como hay establecimientos especializados en macarrones o supermercados y marcas que varían el relleno. Los de espinacas y acelgas con pasas, por ejemplo, son sensacionales y también si ha habido buena cosecha merece la pena introducir las setas.