Las sardinas que se capturan a la costa catalana cada vez sueño más pequeñas, más jóvenes y con una salud empeorada. Esta es una de las conclusiones del estudio que ha realizado un equipo científico de la Universitat de Girona (UdG) en que se analiza la sobrepesca de esta especie y la adaptación de la sardina al aumento de la temperatura del agua del mar. Los investigadores consideran que la especie se encuentra en una situación alarmante puesto que está sobreexplotada por el nivel de reproducción que hay a la costa catalana en comparación con el volumen de pesca. De hecho, el 20 % del pez que se desembarca a los puertos catalanes son sardinas.
El estado de las sardinas de la costa catalana está empeorando en los últimos años. El pez que se captura cada vez es más pequeño y más joven y tiene un estado de salud más empobrecido. La continua mejora tecnológica de las flotas pesqueras ayudan a hacer capturas cada vez más inteligentes, a pesar de todo no sueño suficientes para mejorar el estado de esta especie en la costa catalana.
Uno de los principales motivos es que la sardina está sobreexplotada. El 20 % de todo el pez que desembarca en puertos catalanes es de esta especie. El elevado volumen de captura, pero, no es el único factor de este empobrecimiento de la especie. El cambio climático ha jugado un papel clave en este conflicto.
La temperatura del mar ha aumentado en los últimos años y esto pone a prueba la capacidad de adaptación de este pez. La situación de la sardina mediterránea es diferente a la que vive a la costa del Atlántico, que puede migrar a latitudes más altas y, por lo tanto, conseguir la temperatura deseada. Actualmente las sardinas mediterráneas ya viven en la zona más fría de este mar y no pueden desplazarse más al norte. Esto hace que si la temperatura sigue aumentando, la especie cada vez le costará más adaptarse al medio y el estado de salud seguirá empeorando.
De momento, las sardinas analizadas que se han capturado a los puertos gerundenses y tarraconenses apuntan que un 35,2 % de los peces capturados tenían nematodos, un parásito marino. El número de parásito por cada ejemplar es bajo, porque de media tienen menos de dos por sardina infectada. Los investigadores, además, destacan que ninguno de ellos son del género de los anisakis, que podría ser perjudicial por los consumidores. La amplia mayoría de los parásitos detectados no afectan a la salud humana, pero sí que lo hacen en el estado de la especie.
Microplàstic en las sardinas
El equipo científico del grupo de investigación en Biodiversidad y recursos marinos (GR Mar) y el Laboratorio Ictiología Genética (LIG), que ha elaborado el estudio en cuestión, ha detectado que el 47,5 % de las sardinas analizadas contendía microplàstics. Los investigadores apuntan que no afectaría de forma significativa su condición, pero sí que hace patente que cada vez hay más presencia de polímeros de polietileno, polipropileno, resina alquídica, acrílicos, poliéster, nilón y rayón en los peces que habitan en el mar Mediterráneo.