La menta es una planta aromática perteneciente a la familia de las Lamiàcies, muy utilizada en la cocina, la medicina y la cosmética debido a su agradable aroma y sus diversas propiedades beneficiosas para la salud. Estas son algunas de sus funciones más destacadas:
Digestivas: La menta es conocida por sus propiedades carminatives, cosa que significa que ayuda a aliviar los trastornos digestivos cómo la indigestión, los gases y el abultamiento. También estimula la producción de bilis, lo cual favorece la digestión de las grasas.
Refrescantes y estimulantes: El óleo de menta tiene un efecto refrescante y estimulando en el cuerpo y la mente. Puede ayudar a aliviar la fatiga, mejorar la concentración y aumentar la energía.
Antiespasmòdiques: La menta puede ayudar a relajar los músculos y aliviar los calambres, sea en el sistema digestivo o en otros músculos del cuerpo.
Analgèsiques: La menta se usa comúnmente para aliviar dolores de cabeza, dolores musculares y dolores articulars. También se puede aplicar tópicamente para aliviar el escozor y el enrojecimiento causados por picaduras de insectos.
La menta suele usarse en infusiones, en la cocina como condimento aromático, en cosméticos y en la cura bucal. De hecho, aparece comúnmente en pastas de dientes, col·lutoris y chicles, debido a su capacidad para refrescar el aliento y promover la salud bucal.
Es importante tener en cuenta que, si bien la menta es segura para la mayoría de las personas, otras pueden ser alérgicas, por lo cual si este es el caso, es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de utilizarla con fines medicinales, especialmente si se tienen patologías preexistentes o se está tomando medicación.