A un experto en cócteles del prestigioso New York Times, a su suplemento gastronómico, se le ocurrió hace años de escribir que el rebujito era el mejor cóctel del mundo. La mención, dicha esto, es digna de medalla para sacar a pasear siempre que se tenga que hablar. El rebujito, la combinación sensacional entre vino manzanilla, refresco tipo 7up o Sprite, hielo y menta es un imprescindible de las ferias y fiestas andaluzas pero cuando miras quién fue el reputat inventor, merecedor de la máxima consideración al cielos de la emprendeduría, que lo originó… ay las! te endús una respuesta sorpresiva.
El rebujito andaluz, tal y cómo se lo conoce ahora y se consume abasto (de rebujito siempre quieres más y seguramente siempre acabas tomando demasiado, reconozcámoslo porque es humano, tenemos lengua y sentimientos) nace a media década de los 80 del siglo pasado, a la feria de Corpus (precisamente ahora que es, goita la coincidencia) de Granate .
Este es el mito fundacional. Se llama que a raíz de la siete acumulada y para pasar la calorada, a una caseta echaron de unas botellas de vino de Jerez antiguas, de aquellas que no tenían la certeza que hicieran buen negocio tomándolas. La siete mandaba, acabaron para mezclarla con uno de estos refrescos basados en el agua carbonatada y ninguno adentro. Caram: aquello era fresco, bono, juguetón. Acababa de nacer la historia moderna, se había plantado la semilla que germina, y crece y crece. Cada día desde entonces que se sirve rebujito se replica aquella casualidad. Dichosos, aquellos granadinos sedientos!
Un imprescindible cuando se trata de pasarlo bien
Desde entonces el rebujito ha ido creciente. No se entiende ninguna feria sin casetas ni ningún ambiente esverat, con ballaruques, generosidad y sentimiento tal y cómo se hace a la andaluza manera sin el rebujito en jarra e ir llenando los vasos o gotets. Quién toma, automáticamente cae al hechizo. Es una bebida de más y más y más, una atenuante de la calorada, gasolina por el depósito de la alegría y estimulando de conversación animada. Uno de los secretos de rebujito es todo este contorno socializante de tomarlo. Ahora de estas cosas se dicen experiencias y se venden cómo la gran cosa!
Quizás fue en una de estas experiencias, que el crítico neoyorquino se decidió para colgar la medalla al rebujito. No cuesta teoritzar que mientras lo elogiaba se entrompava alegremente. Pero el hilo de oro con el que se borda esta distinción no nace de Granate ni viene del sur de la Península Ibérica.
Viene de los ingleses
El rebujito viene de los ingleses y no es una teoría cómo la de la Trinca cuando cantaba que todos derivábamos de la patata. No. A mitad del siglo XIX, siglo y medio antes de los hechos de Granate y aquel Corpus fundacional, al Inglaterra victoriana se popularizó el sherry cobbler. Era un cóctel hecho de jerez, azúcar, soda, hielo y naranja. No es el rebujito pero sí su tataravi. El sherry crobber fue una institución cuando apareció. Consta que el propio Charles Dickens era un atento y entusiasta bebedor Obviamente la gran mayoría de los británicos de aquella época no bebían, pero sí que lo ingerías las mismas clases benestants que gracias a su elitismo y voluntad de diferencia también crearon buena parte de los deportes actuales más populares, cómo el propio fútbol o el rugby. Aquello selecto hace un siglo y medio es lo más popular en la actualidad. Los ingleses, cómo que son complicados y especialets, tenían otros cócteles y también postres que redundaban en la combinación del jerez, con ecos frescos. La base del rebujito, vaya.
El nombre y cuando tomaremos
Otra curiosidad, volviendo a la versión nostrada. El nombre. Otro golpe fue un periodista el que bautizó por primera vez aquel cóctel que hacía furor a todas las ferias y fiestas de Andalucía con este nombre. Era al ABC el 1998. El nombre deriva del verbo "arrebujar" que quiere decir que es proclive a una confusión, un lío o un malentendido. El que alegremente propicia su ingesta, vaya.
De rebujito podemos tomar siempre que nos apetezca, pero es recomendable de ir con la barriga llena o cuando menos ir tirando almohada. Precisamente a la Romería Rociera, cuando se hacía en plenitud, se ningeria a cantidades industriales o a la caseta de la Casa de Andalucía a la Feria de Mataró. Hoy en día es un producto buscado, reiterado y promocionado hasta el punto que buena parte de algunas manzanilles cómo la popular 'La Guita' ya se comercializan por este uso.
Una receta lleno fácil
Hacer rebujito es la cosa más fácil del mundo:
- Un tercio de manzanilla
- Dos tercios de Sprite o 7up
- Hielo
- Menta
El Rebujito se puede preparar directamente en una copa o en una jarra directo para servir.
- Empezamos echando el hielo en la jarra, en abundancia. No tenemos que escatimar puesto que el Rebujito se tiene que tomar muy bien frío.
- Si lo preparamos directamente en la copa no le echamos hielo, por lo cual es necesario que los ingredientes estén muy fríos.
- Añadimos el vino fino, el refresco d y las hojas de menta y removemos.
- Servimos, brindamos, bebemos y disfrutamos.