La práctica regular de actividad física es, sin lugar a dudas, uno de los pilares fundamentales para mantener una buena salud y un estilo de vida equilibrado. Pero en el caso de las mujeres, los beneficios son todavía más significativos, puesto que el ejercicio regular puede tener un impacto positivo sustancial en su bienestar físico y mental. Según la Oficina para la Salud de la Mujer (OASH), la práctica continuada de actividad física puede contribuir a la prevención de muchas dolencias comunes en el sexo femenino, como por ejemplo las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculars. Además, también puede aliviar los síntomas de varias afecciones, incluyendo la depresión, la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
Para aprovechar al máximo estos beneficios, el OASH establece unas pautas concretas para el ejercicio regular. Recomiendan que las mujeres realicen un mínimo de 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada y 75 minutos de actividad aeróbica de intensidad vigorosa semanalmente. Además, sugieren que se incorporan ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos días a la semana.
La actividad física es un componente crucial en todas las etapas de la vida de una mujer, pero se vuelve particularmente importante a medida que se van cumpliendo años, sobre todo a partir de la menopausia. En esta etapa, la OASH abogan para incrementar tanto el tiempo cómo la intensidad de los entrenamientos. Además, se posa un èmfasi particular en la práctica de ejercicios de equilibrio, puesto que son especialmente beneficiosos para prevenir caídas, un riesgo que aumenta con la edad.
El deporte en la mujer sénior tiene una gran variedad de beneficios adicionales. Ayudar a mantener los huesos fuertes es uno de los principales, siendo una herramienta eficaz para prevenir fracturas, especialmente de la cadera, una de las lesiones más comunes y graves en este grupo de edad. Además, la actividad física regular puede aliviar el dolor provocado por la artritis en las articulaciones y reducir las posibilidades de sufrir trastornos mentales.
El ejercicio físico es también un potente medio para combatir el estrés y la ansiedad, que a menudo aumentan con la edad debido a diferentes factores, como por ejemplo cambios hormonales, el luto o el aislamiento social. En este sentido, la actividad física no solo mejora la salud física de las mujeres, sino que también contribuye a su salud mental, proporcionándolas una vía de escapament y un sentido de bienestar general.