Descansar bien por la noche y tener un sueño reparador es esencial para rendir de forma eficiente al trabajo, estar de buen humor y para favorecer nuestra salud en general. Aún así, no todos tenemos la suerte de poder dormir durante las siete u ocho horas diarias recomendadas y de hecho para muchos es todo un infierno acostarse cada noche porque saben que pasarán horas sin poder coger el sueño. Por todo esto, la palabra insomnio es muy común al vocabulario universal. Este trastorno tiene varias causas, que os explicaremos a continuación además de indicaros cómo se puede tratar.
Causas y tipos de insomnio
La carencia de sueño puede afectar de manera negativa a las vidas de las personas que lo sufren, provocando deterioro social, ocupacional o derivados. El trastorno conocido como insomnio se trata de una reducción de la capacidad para dormir que se puede manifestar de varias maneras que dan lugar a diferentes tipos de insomnio:
- Insomnio de inicio: cuando tenemos problemas para iniciar el sueño en un periodo de menos de 30 minutos (seria la medida habitual).
- Insomnio de mantenimiento: problemas para mantener el sueño, produciendo que nos despertamos durante la noche en franjas de 30 minutos de duración o bien despertarnos definitivamente de manera precoz obteniendo como resultado un tiempo total de sueño mucho más escaso e inferior al recomendado por los expertos.
- Insomnio primario: son aquellos casos en que no se puede identificar una causa clara del trastorno.
- Insomnio idiopàtic: se origina en la infancia y parece que está relacionado con un aprendizaje incorrecto del hábito de dormir.
- Insomnio psicofisiológico: caracterizado para tener que hacer grandes esfuerzos para intentar dormir cada noche . Suele coincidir con un periodo de estrés que se mantiene durante mucho tiempo aunque la causa del estrés desaparezca o quien lo sufre se habitúe a esta.
En cuanto a las causas, son muy variadas y dependen en gran medida de cada paciente, al igual que varían las horas de sueño necesarias para rendir bien. Si bien es verdad que hay una mayor vulnerabilidad en ciertas características de la personalidad como ser pesimistas, perfeccionistas y tener una mayor tendencia a la preocupación y necesidad de mantener todo bajo control, eventualmente puede tocarnos a todos el sufrir insomnio. Si es ocasional no nos tendríamos que preocupar demasiado, pero es en el momento en que pasa a ser constando cuando es motivo de preocupación.
- Causas médicas: ya sea por enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas, digestivas, cardiovasculares y todas aquellas que pueden interrumpir el sueño por dolor (como fibromialgia o cefaleas, por ejemplo). También hay que considerar el embarazo y la menopausia como posibles fuentes del insomnio.
- Enfermedades psiquiátricas: ansiedad, depresión, esquizofrenia, etc., así como otras enfermedades del sueño que contribuyen a dormir menos o peor.
- Causas externas: suelen implicar factores que influyen de manera negativa sobre el sueño como los malos hábitos, el uso y abuso de sustancias y medicamentos, trabajos en turnos cambiantes o viajes transoceánicos frecuentes.
Tratamientos para mitigar el insomnio
Se tiene que diferenciar entre insomnio crónico o transitorio a la hora de afrontar su posible tratamiento. Si traemos mucho tiempo sufriéndolo y no conseguimos solucionarlo, tendremos que visitar a nuestro médico para que nos derive a un especialista que lo pueda tratar. Si por el contrario es un trastorno que sufrimos desde hace poco, es importante detectar y cambiar los hábitos inadecuados, además de echar los pensamientos que aumentan nuestra preocupación y por lo tanto reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables. Estos son otros consejos que podemos ofreceros:
- Regular la hora de ir a dormir y levantarse: para consolidar el sueño dentro de un periodo más corto a la cama.
- Reducir las actividades que interfieren en el sueño: mirar pantallas antes de ir a dormir (es preferible leer un libro en papel), por ejemplo.
- Utilizar la cama y el dormitorio sólo para dormir.
- Cambiar nuestro estilo de vida: dieta, deporte, horarios regulares, limitar el consumo tabaco y de bebidas alcohólicas.
Font: IIS