La evolución de las investigaciones relacionadas con medicina y ciencia nos ha permitido entender mejor cómo funciona nuestro cerebro. Es un sistema muy enrevesado que es complicado entender a la perfección. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta y nuevos retos que surgen con el paso del tiempo. Aún así, sí podemos explicar algunos síntomas y trastornos que ocurren dentro de nuestro cabo para poder tratarlos mejor. Aquí os hablamos del sesgo cognitivo, un concepto que quizás no conocéis pero que es muy importante porque influye en la forma en la que vemos el mundo.
Qué es el sesgo cognitivo y cómo nos afecta?
Introducido por los psicólogos israelíes Kahneman y Tversky el 1972, el concepto del sesgo cognitivo hace referencia a "una errónea interpretación sistemática de la información disponible que ejerce influencia en la manera de procesar los pensamientos, emitir juicios y tomar decisiones". Estos sesgos cognitivos están determinados por motivaciones emocionales o éticas, implicaciones culturales e influencia social pero también por distorsiones en la recuperación de los recuerdos y la memoria, entre muchos otros casos.
Tipo de sesgos cognitivos
Existen varios tipos de sesgos en función de los factores que afectan a esta toma de decisiones que se basa en experiencias propias y otros factores más subjetivos que la razón y la lógica:
- Sesgo de confirmación: la tendencia a buscar, interpretar, recordar o propiciar una información determinada de forma que confirme una cosa que ya has decidido previamente o que favorece creencias y suposiciones muy arraigadas. Un ejemplo es tener una idea relacionada con la política y buscar información en el respeto para demostrar que esta creencia es cierta, a pesar de que se trate de un hecho subjetivo y no haya una verdad absoluta que lo apoye.
- Sesgo de negativitat: parar más atención y dar mucha más importancia a experiencias e información negativa en vez de centrarnos en la positiva o neutral.
- Sesgo de anclaje: centrarse casi de forma exclusiva en la primera información que se recibe para tomar una decisión, sin buscar alternativas o más información.
- Sesgo de observación selectiva: cuando se dirige la atención a algo en función de las expectativas propias al mismo tiempo que se desatiende el resto de la información.
- Efecto de primera impresión: la importancia de las primeras impresiones y cómo afectan de forma muy intensa a juicios posteriores.
- Sesgo de status quo: se tiende a favorecer las decisiones que mantienen el estado actual de las cosas por miedo al cambio y a lo desconocido.
- Sesgo de impacto: tendencia a sobrestimar la intensidad y la duración de una reacción ante acontecimientos buenos o malos.
- Disponibilidad heurística: atajo mental que otorga más valor y credibilidad a la primera información que llega a tu mente y que también es más fácil de recordar.
- Resistencia reactiva: el deseo de hacer el contrario del que alguien te pide o aconseja, a pesar de que en el fondo estamos de acuerdo con su línea de pensamiento. Se produce debido a una amenaza percibida o de la propia libertad de elección.
Todos estos tipos de sesgos afectan a nuestra toma de decisiones diaria y no tiene que ser un motivo de preocupación, puesto que es inevitable que pase a pesar de que se puede entrenar con el paso del tiempo y la ayuda de terapia en caso de que sea demasiado determinante y negativo en nuestro día a día.
Fuente: brain investigations