Saltar a la cuerda es un ejercicio aeróbico muy completo, con el cual según los expertos, se queman más calorías que haciendo running, en concreto, hasta 130 calorías en una hora. Este ejercicio tiene múltiples beneficios, puesto que, fortalece la musculatura, aumenta la densidad ósea, reduce el riesgo de lesiones, adelgaza y mejora la coordinación y el equilibrio.
La manera de ejecutar esta actividad correctamente es saltando sobre las puntas de los pies y dando saltos muy cortos, porque de este modo nos cansamos mucho menos y la espalda se mantiene más recta. La postura de los brazos también es muy importante, teniendo que permanecer junto al cuerpo y sin moverse demasiado, porque son las muñecas las que hacen los giros.
La cuerda tiene que tener la longitud adecuada. Para saber qué tenemos que comprar, multiplicaremos nuestra altura por 1,5 y el resultado será el largo ideal para nosotros. No podemos olvidar tampoco el material y tipo de cuerda más idóneo en función del objetivo que perseguimos. Para los quién se inician en este deporte o bien para aquellas personas que tan solo desean saltar para mantenerse un poco en forma, el grueso aconsejable es de unos 4 mm, mientras que para los expertos que quieren conseguir una mayor velocidad, tendrán que decantarse por cuerdas más ligeras y finas.
Finalmente, tenemos que asegurarnos que los mangos son resistentes y cómodos porque lo agarre sea seguro y nos aporte el confort más grande posible. A pesar de que cómo decíamos es un deporte con muchas ventajas, tienen que abstenerse de practicarlo quién tenga desaconsejados los ejercicios de impacto o todos aquellos con lesiones en las rodillas o articulaciones, problemas de columna o dolencias cardíacas.
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