Las botellas reutilizables se han convertido en una alternativa sostenible y práctica a las de un solo uso. Nos acompañan a lo largo del día, en el trabajo, en casa o mientras hacemos deporte, ayudándonos a mantenernos hidratados. Sin embargo, si no se lavan adecuadamente, pueden convertirse en un foco de bacterias y hongos que podríamos terminar ingiriendo.
Maria Carmen Vidal, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, alerta que las cantimploras pueden acumular microorganismos como E. coli, staphylococcus aureus u otras bacterias provenientes de la saliva, las manos o superficies contaminadas. Según estudios recientes, pueden llegar a contener hasta 40,000 veces más bacterias que una taza de inodoro.
Los riesgos de no limpiar la botella
Aunque muchas de las bacterias presentes en una botella reutilizable forman parte de nuestra flora natural, su acumulación puede provocar problemas de salud. En casos graves, pueden desencadenar infecciones urinarias, diarrea o incluso vómitos. Este riesgo es especialmente preocupante para colectivos vulnerables, como personas mayores, mujeres embarazadas o personas inmunodeprimidas.
Los riesgos aumentan si dejamos agua estancada durante días o si usamos la botella para otros líquidos como jugos o cafés, ya que el azúcar es un medio ideal para el crecimiento bacteriano.
¿Cada cuánto debemos lavarlas?
Según Vidal, lo ideal es limpiar la botella cada día, tal como haríamos con cualquier otro utensilio de cocina. Si bien dejar pasar uno o dos días sin lavarla no supone grandes peligros para la salud, hacerlo durante semanas puede convertirla en un nido de microorganismos.
“Pensemos en la botella como un vaso: nunca lo usaríamos durante semanas sin lavarlo”, apunta la experta.
Cómo limpiarlas correctamente
La limpieza diaria se puede realizar con agua y jabón para platos, asegurándonos de acceder a todas las partes del recipiente, especialmente las zonas menos visibles como la rosca, el tapón o las gomas. Un cepillo puede ser útil para llegar a los rincones más difíciles.
Si la botella es apta para el lavavajillas (según indique el fabricante), esta es una buena opción, ya que el agua caliente y a alta presión elimina los microorganismos de manera más efectiva.
En caso de que haga tiempo que no la limpiamos, podemos desinfectarla con soluciones caseras como:
- Vinagre blanco o limón, dejándolos actuar durante unas horas.
- Agua con lejía o bicarbonato, siempre enjuagándola muy bien después.
¿El material importa?
El material de la botella, ya sea vidrio, plástico o aluminio, no parece influir significativamente en la acumulación de bacterias, siempre que sea de uso alimentario. Esto garantiza que no desprenda partículas nocivas del material con el que está fabricada.
Sentido común y hábitos de higiene
Las botellas reutilizables son una gran herramienta para la sostenibilidad y la hidratación, pero requieren una higiene rigurosa. Según Vidal, “debemos cuidarlas como cualquier otro utensilio que usamos para comer o beber”. Una botella limpia no solo protege la salud, sino que también garantiza una experiencia más agradable y segura.
Fuente: 3cat.cat/324
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