"Siempre es mejor el parto que tenga menos intervención para la mujer y el bebé, pero depende de muchos factores; la situación y los riesgos previos, los deseos de la mujer o la evolución del propio parto. En el Hospital de Mataró intentamos trabajar con la mínima intervención posible, pero cuando hay situaciones de riesgo o complicaciones durante el parto tenemos que intervenir." Es Mireia Monllau, comadrona del hospital de la capital del Maresme.
A grandes rasgos, podríamos distinguir entre el parto fisiológico y el parto inducido: "El fisiológico acontece de manera espontánea y siempre es vía vaginal. Acaba con la madre y el bebé sanos. Es el parto que recomendamos, sobre todo en mujeres de bajo y mediano riesgo. En algunos casos puede ser que se establezca algún factor de riesgo durante el embarazo. Entonces estaríamos hablando del parto inducido." Factores de riesgo lo podrían ser, por ejemplo, que el bebé no estuviera creciendo correctamente porque la placenta ya no lo alimenta bien, que la madre fuera diabética y no la tuviera muy controlada o que se rompiera la bolsa porque, en este caso, cuando pasan muchas horas aumenta el riesgo de infección. En estos casos, pues, nos iríamos hacia el parto inducido: "Utilizamos medicación para provocar contracciones y que la mujer tenga un parto vaginal."
El parto, pues, puede ser vaginal, pero también se podría practicar una cesárea: "Una cosa es como empieza y la otra como acaba", apunta Monllau. "El parto normal no comporta ningún tipo de intervención. En algunos casos, pero, hay que utilizar instrumentos como el fòrceps, la ventosa o las espátulas porque alguna circunstancia que se produce durante el parto así lo requiere." Esto seria, en lenguaje técnico, un parto distòcic. La cesárea va un paso más allá: "el bebé no acaba de pasar por el canal de parte y entonces se tiene que intervenir con una cesárea de recurso. También se pueden programar en caso de riesgo previo."
Además de todo esto, cuando el parto es natural lo puede ser sin analgesia o se puede aplicar epidural para minimizar el dolor durante el trabajo y el expulsiu. Esto ya es una elección muy particular.
Datos sobre los tipos de partes
El último informe de salud perinatal publicado por el Departamento de Salud de la Generalitat, que data del 2018, señala que un 62,4% de los partos fueron vaginales y un 27,2% por cesárea. También recoge que un 10,2% fueron instrumentales (con ventosa o fòrceps) y el 0'2% de nalgas. Hay que destacar que pocos centros hospitalarios están preparados para atender partes de nalgas y en muchos casos son nacimientos que acaban en cesárea.
Del mismo documento se desprende que en los últimos años el porcentaje de cesáreas se ha mantenido bastante estable en Cataluña. Si bien durante la década del 1993 al 2003 esta cifra creció progresivamente del 22,8 a casi el 28%, desde el 2004 al 2018 el porcentaje ha variado poco, logrando un pico el 2013, cuando el 31,8% de los partos fueron por cesárea.
Si nos fijamos en la titularidad del hospital donde tuvieron lugar los partos, vemos que en el ámbito público el 67,3% de los partos fueron vaginales y el 23,2% por cesárea. Los porcentajes varían a la privada, donde el 49,7% fueron vaginales pero las cesáreas se ensartan hasta el 37,4%. Los datos las completan, en los dos casos, los porcentajes de los partos instrumentales y los de nalgas. Si nos fijamos en los partos domiciliarios (parir en casa es otra de las opciones) ganan por goleada los vaginales, casi al 95%.
Por edades, el último informe de salud perinatal publicado por el Departamento de Salud de la Generalitat señala que entre las madres de menos de 20 años, más del 76% de los partos fueron vaginales, el 14,1% cesáreas y el 9,3% instrumentales. Entre las madres de entre 20 y 34 años baja el porcentaje de los partos vaginales hasta el 65,3% y suben las cesáreas hasta el 23,6 y también incrementan ligeramente las intervenciones instrumentales. En las mayores de 35 años el crecimiento de cesáreas es todavía más elevado, de casi 10 puntos respeto la franja de edad inmediatamente más joven, hasta el 33,1%. Los partos vaginales entre las madres de más de 35 años representaron un 57'3%.