Imaginémonos el supermercado o nuestra tienda de comestibles preferida. A buen seguro que si nos fijamos en la etiqueta de los productos podremos leer cosas como "sin azúcares añadidos", "sin lactosa" o "sin gluten". Son indicaciones muy importantes para las personas que sufren alguna intolerancia alimentaria y a menudo acaban siendo asociadas, por el resto de la sociedad, a productos más sanos o nutritivos. En el caso de los productos sin gluten, pero, debemos tener en cuenta toda una serie de factores que, posiblemente, escapan de entrada a nuestro ojo de consumidor.
Qué pasa si una persona, sin indicación médica, decide retirar el gluten de su dieta? Tiene sentido, si la persona no es celiaca? El gluten es una proteína de origen vegetal que se encuentra en las harinas de cereales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena, entre otros. Sin embargo, tiene una particularidad: un golpe ingerido hay que digerirlo y metabolitzarlo, proceso que no pueden hacer los celiacos.
Beneficios para celiacos
Resulta evidente, por lo tanto, que eliminar el gluten en las dietas de las personas celiacas derivará en beneficios y bienestar para ellas. No quedan ni mucho menos claros los beneficios en las personas sin esta intolerancia. Algunos especialistas apuntan que el gluten tiene un valor nutricional más bien pobre y que, en consecuencia, eliminarlo de nuestra dieta es una opción perfectamente viable. Otros expertos en la materia, pero, indican que si bien el gluten no es indispensable para la salud, los alimentos que contienen son ricos en otros nutrientes como la fibra, las vitaminas o los minerales. Por otro lado, alertan que si eliminamos el gluten de manera permanente nos podríamos volver intolerantes a la proteína y que, llegados a este punto, eso sí que podría generar problemas con la dieta.
Consecuencias de eliminar el gluten sin necesidad
Otras consecuencias de eliminar el gluten sin la necesidad real de hacerlo, que podríamos denominar 'consecuencias colaterales', pasarían por un hipotético aumento del consumo de grasas y azúcares. Estos especialistas en nutrición defienden que el gluten aporta propiedades organolépticas muy agradables al gusto y que, si prescindimos, buscaremos sustitutos en forma de grasas y azúcares.
Por otro lado, varios expertos concuerdan que no hay evidencias científicas que certifiquen una pérdida de peso por el simple hecho de eliminar el gluten de la dieta, base científica que contradice la creencia popular que asocia ingesta de gluten con posible sobrepeso. En general, argumentan esto mismo: si sacas el gluten de la dieta, acabarás sustituyendo sus aportaciones organolépticas con productos procesados de alto contenido calórico y bajo valor nutricional. A la larga, pues, esto tendría el efecto contrario al deseado y aumentaríamos de peso.
En resumen, la mayoría de especialistas lo dejan claro: si eres celiaco, nada de gluten. Si no lo eres, disfruta de los placeres de la vida, como la comida. Con contención, evidentemente, y apostando por una dieta equilibrada, pero sin caer en obsesiones infundadas.