Òmnium Cultural ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que el pasado octubre reconoció el derecho individual de una alumna de la escuela Turó del Drac de Canet de Mar a recibir en castellano una asignatura principal además de la de lengua castellana. La entidad, que representa a la familia de otros estudiantes, cree que la sentencia vulnera la normativa internacional de protección de las lenguas minoritarias y supone una "intromisión" del poder judicial en el poder legislativo al marcar el modelo lingüístico escolar.
En su sentencia, los magistrados del TSJC consideraban que la legislación y la jurisprudencia obligan a que el castellano sea vehicular al menos en una asignatura troncal y quieren garantizarlo al menos en este caso. Así, estima parcialmente el recurso de los padres de la niña, que está en Primaria, en contra de la decisión del Departamento de Enseñanza que le quería denegar. No obstante, el tribunal desestima el resto del recurso y mantiene el proyecto lingüístico del centro.
En el recurso se recuerda que en junio pasado se pidió la recusación del presidente de la sala contenciosa-administrativa del TSJC, Javier Aguayo, que pasó de la sección primera a la quinta, que es la que debía resolver el recurso. Esto alteraba el derecho al juez predeterminado por ley, según Òmnium, pero la recusación fue rechazada.
También se recuerda que el mismo TSJC presentó una cuestión de constitucionalidad ante los cambios legislativos aprobados por el Gobierno y el Parlamento, que hacían imposible aplicar el 25% de castellano en las aulas como había dictaminado hasta entonces. No obstante, el recurso destaca que en la sentencia ahora impugnada se dice que no hace falta esperar a la resolución del Tribunal Constitucional, ya que la decisión del TSJC no afecta a todo el sistema educativo sino solo a la clase de la alumna afectada. El recurso recuerda que las primeras decisiones del TSJC marcaban un 25% de castellano y ahora ya no lo hacen, pero sí que marcan que hay que hacer una asignatura más en castellano. Esto, según el recurso, tiene los mismos efectos y, por lo tanto, tampoco se debería poder dictaminar hasta que el TC se pronuncie.
De hecho, el escrito acusa al tribunal de "intromisión" del poder judicial en el legislativo: "Los jueces y magistrados no pueden decidir el modelo educativo, solo pueden valorar la adecuación a este modelo establecido por el legislador de las decisiones que adopte la administración educativa". "Cuando los magistrados entran en política es lógico plantear que existe una finalidad impropia, una desviación de derecho", añade el escrito del recurso.
El escrito del abogado Benet Salellas también alega que se ha vulnerado la Carta Europea de Lenguas Regionales y Minoritarias, que el Estado español ha firmado y que prevé la enseñanza completa en la lengua minoritaria. Además, considera que el modelo de inmersión lingüística garantiza mejor el conocimiento de las dos lenguas oficiales y dificulta la discriminación por razón de lengua, y más aún en un contexto donde el castellano gana terreno al catalán. De hecho, alega que no existe el derecho individual a recibir la educación en castellano, ya que no consta en ninguna normativa legal. En cambio, se ha vulnerado el derecho del resto de alumnos del aula a recibir las clases en catalán.
La sentencia recurrida En su sentencia, el TSJC consideraba que aunque el objetivo de la educación obligatoria es que los alumnos dominen las dos lenguas por igual, no se puede olvidar a las familias que están de paso por Cataluña. Por ello, como ya ha hecho en otros pronunciamientos previos, el tribunal considera que el sistema de inmersión solo debería ser legal en un sistema dual de centros o aulas separadas por lenguas.
Por ello, dictamina que mientras la niña esté en el sistema educativo catalán debe recibir "de forma efectiva en castellano, además del área de conocimiento, competencia clave, asignatura o materia correspondiente al aprendizaje de esta lengua, una o unas áreas de conocimiento, competencias clave, materias o asignaturas adicionales que, por su importancia en el conjunto del currículum o su carga lectiva, puedan considerarse como principales".
Los padres de la niña pretendían que su hija fuera escolarizada con al menos el 25% de las horas en castellano o catalán en toda la educación preuniversitaria. También querían que se anulara todo el proyecto lingüístico del centro, aprobado en 2018-2019, al no considerar igual de vehiculares ambas lenguas. También querían que el proyecto lingüístico tuviera en cuenta la mayoría catalanoparlante de los alumnos y, por lo tanto, que catalán y castellano tuvieran una presencia equilibrada en la enseñanza. Por último, querían que todas las señalizaciones y comunicaciones del centro fueran en las dos lenguas.
En octubre de 2021 el TSJC dictó una medida cautelar por la cual la niña debía recibir al menos el 25% de las clases en castellano. La Generalitat se opuso y en el intermedio aprobó una reforma de la ley de educación y un decreto ley para garantizar la primacía del catalán como lengua vehicular en la escuela. El TSJC planteó una cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC) porque tenía dudas sobre la constitucionalidad de algunas disposiciones de la nueva normativa.
No obstante, en el caso de Canet el tribunal considera que se trata de una cuestión individual y, por lo tanto, no hace falta esperar la decisión del TC sobre el conjunto de la normativa. Por ello, el tribunal pidió a la directora del Turó del Drac que le enviara el proyecto lingüístico para el curso 2022-2023 donde se detallaran las horas semanales de cada lengua, los criterios para usar una u otra lengua y las medidas de apoyo al alumnado castellanohablante recién escolarizado. La directora respondió que las materias no se imparten íntegramente en una lengua, ya que la diversidad sociolingüística del alumnado "condiciona" lo que sucede en las aulas. Por ello, la directora decía que era imposible usar una sola lengua en las aulas y no era posible concretar cuántas horas se utilizaba cada lengua. Además, recordaba que el modelo educativo cada vez se basa en menos horarios fijos por materias y que los materiales educativos están en las diversas lenguas. Sobre el apoyo a los alumnos que no entienden el catalán, decía que hay un aula de apoyo y que los maestros se adaptan a la realidad de cada alumno.
En la misma respuesta, la directora admitía que en los últimos tres cursos los alumnos con lengua materna catalana habían pasado del 60 al 45%, aunque algunos tenían catalán y castellano en casa, y se podía considerar que el 57% tenía el catalán como lengua materna. El castellano se había mantenido en el 30% de los casos como lengua materna. Las otras lenguas han pasado del 6 al 11%, un 5% habla árabe en casa y el 6% restante otros idiomas.