Vista del solar de can Fàbregas. Foto: R.Gallofré

Cugat Comas

El Ayuntamiento de Mataró gana una batalla pero El Corte Inglés mantiene la guerra

El operador comercial eleva a la Audiencia Provincial la reclamación de 24 millones por el solar adquirido para hacer un centro comercial

El culebrón de El Corte Inglés en Mataró se encuentra en fase judicializada desde hace unos meses. Si esto fuera una tanda de penaltis, se podría decir que el Ayuntamiento de la capital del Maresme ha tomado la delantera al detener el primer intento de la empresa de recuperar la inversión realizada en un solar céntrico para levantar un centro comercial que ya no será. El Ayuntamiento ha ganado la primera batalla judicial en el juzgado de primera instancia; El Corte Inglés mantiene su intención y ha recurrido ante la Audiencia Provincial. La tanda de penaltis continúa.

El Ayuntamiento de Mataró ha presentado como una “primera victoria” la decisión del juzgado civil que ha aceptado la declinatoria presentada por la empresa municipal PUMSA, que solicitaba que el asunto pasara al contencioso administrativo. El tribunal lo ha aceptado y el Ayuntamiento, afirma, “ve así reconocida la ineludible dimensión pública del asunto y se mantiene firme en la defensa del interés público, que le ha impedido a Mataró contar tanto con la locomotora comercial como con lo que debería haber sido el aparcamiento más grande del centro de la ciudad”. Primer penalti detenido.

  • Lo que pretendía en esta instancia El Corte Inglés es conocido: recuperar la inversión de 24 millones de euros realizada hace más de 15 años por el solar del sector de Can Fàbregas y de Caralt.
  • La línea argumental del Ayuntamiento de Mataró en el litigio es que el operador ha incumplido lo que se comprometió a hacer con la compra, que era levantar la locomotora comercial por la que ganó un concurso público, mejorar la movilidad y colaborar con la promoción económica y la rehabilitación del patrimonio.

Después de la famosa sentencia judicial que anulaba la intervención urbanística que propició el desmontaje por piezas de una fábrica protegida como Can Fàbregas para su traslado, el operador no llevó a cabo su implementación. El Ayuntamiento sostiene que podría haberlo hecho si hubiera querido, ya que en el solar cabían tanto el edificio fabril reconstruido como el comercial. La tanda de penaltis judicial dirime quién es la parte más agraviada: si el operador por no haber podido realizar el proyecto inicial o la ciudad por no haber recibido los servicios a los que la empresa se había comprometido.

La fábrica de Can Fàbregas, troceada


Ahora, a la Audiencia Provincial

El Ayuntamiento espera más victorias, lógicamente, ya que en el mismo comunicado queda claro que el operador mantiene la emoción con cada lanzamiento. “El Ayuntamiento lamenta que El Corte Inglés no cese en su voluntad de seguir litigando con la ciudad y haya presentado de nuevo un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, contra el cual PUMSA ha vuelto a presentar las correspondientes alegaciones”, asegura el Ayuntamiento.

El Ayuntamiento ha recordado que “en los últimos años ha buscado el visto bueno del Ayuntamiento con la intención de vender la finca a terceros, que están dispuestos a invertir en la Illa de Can Fàbregas al precio del mercado actual. El Ayuntamiento ha estado siempre abierto a colaborar” y añade que “la reconstrucción de la fábrica protegida de Can Fàbregas y de Caralt en los terrenos propiedad de El Corte Inglés nunca ha sido un impedimento técnico para que se pudiera llevar a cabo el proyecto de la locomotora comercial y mucho menos para que se pudiera construir en el subsuelo el aparcamiento en este ámbito. Recordemos que la finca tiene 9.629 m² y que Can Fàbregas ocuparía menos del 5% de la superficie del solar”.