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Ramon Radó

Carbonell repasa los puntos en común de socialismo y cristianismo

Presentan un libro del parlamentario del PSC y consejero a la sombra del gobierno Maragall en Mataró

El diputado del PSC y "consejero a la sombra” de Cultura y Audiovisual, Josep Maria Carbonell, repasó ayer algunos aspectos de la relación entre el cristianismo y el socialismo. En la presentación de Tiempo de diáspora, volumen que recoge algunos de sus artículos, Carbonell explicó que en el libro trata sobre “las dos grandes pasiones” de su vida desde la época universitaria. Carbonell expuso que el cristianismo está “mucho más cerca del socialismo que del liberalismo”, puesto que ambas doctrinas cruzan en la sociedad como algo más “que una simple suma de individuos”.

Carbonell, licenciado en Filosofía, organizó su intervención en tres partes. En primer lugar, se centró en la relación entre la fe y la política, de la cual dijo que se tienen que separar porque buscan dos verdades diferentes. “Esta autonomía –explicó Carbonell- es la que instauró el Concilio Vaticano II, a pesar de que, en algunos casos, como los países islámicos o los movimientos fundamentalistas cristianos de los Estados Unidos, no se lleva a cabo”. Aún así, Carbonell destacó la influencia de la fe en los políticos creyentes: “por los cristianos, no vale cualquier tipo de política”.

Seguidamente, Carbonell citó el papel de las religiones en la configuración de los valores de las comunidades humanas a lo largo de la historia y reclamó una tarea de las religiones en la investigación “de la convivencia y la humanización”. En este sentido, Carbonell otorgó un enorme poder a las religiones: “la paz en el mundo será posible –comentó- si las religiones contribuyen positivamente: hay que desplegar convivencia y diálogo entre las religiones, puesto que estamos destinados a vivir en sociedades con pluralidad de culturas y de religiones”. Por último, el diputado socialista especuló sobre el venidero que espera tanto el socialismo como el cristianismo. Por un lado, Carbonell apostó por una revisión de la organización de los partidos socialistas, hasta llegar a un Partido Socialista Europeo, como solución a la crisis del modelo socialista originada por la globalización. Por otro lado, Carbonell explicó el que según él era “una nueva gran oportunidad por el cristianismo”, de cara a este mil·leni. La pérdida de peso de la Iglesia, puede convertir el cristianismo, según el diputado, en un poder espiritual “más arraigado a la vida de la gente”.