El miércoles día 17 de octubre del año 1867 nació en Mataró, al Callejón número 38, Josep Puig y Cadafalch, que sería un eminente arquitecto modernista, arqueólogo, historiador del arte romàtica catalán, regidor del Ayuntamiento de Barcelona, diputado provincial, diputado a Cortes y Presidente de la Mancomunidad de Cataluña (1917-1923), Honoris causa de universidades europeas, norteamericanas y también catalanas. Estamos ante pues de su 145è aniversario.
De aquí a sólo cinco años (2017) celebraremos el 150è. aniversario de su nacimiento. Sería adecuado, pienso yo, que la petición hecha en el Ayuntamiento de Mataró por parte de la comisión del MEM "Salvamos su casa natal" de dedicarla a centro difusor de su figura y su obra sea ya una realidad. Más de 800 ciudadanos y casi una cincuentena de entidades lo avalan.
Mataró, su ciudad natal y dónde es enterrado por voluntad propia, y Cataluña tiene pendiente, todavía, un reconocimiento explícito de todo lo qué hizo por su estimada tierra. Murió en plena dictadura (1956) siendo enterrado el día de Navidad sin que el Ayuntamiento franquista se dignara a acudir. Era uno proscrito, un traidor... Años después (1967) con motivo del centenario de su nacimiento se va col•locar una placa a su casa natal donde – por razones políticas – no constaba que hubiera sido presidente de Cataluña, echado por el general golpista Primo de Rivera en 1923. Durante la Guerra Civil se autoexilà en Francia para devolver un golpe esta acabó y que trajo al país a una tragedia que duraría casi tres años debido a otro general golpista y fascista el general Francisco Franco. Se le negó ejercer de arquitecto durante unos años. Por cuentas de marchar del país se quedó aquí reemprenent, en la clandestinidad, la actividad del Instituto de Estudios Catalanes, que él mismo junto con otros había fundado en 1907. Restó en activo y fiel a sus principios catalanistas hasta su muerte en 1956. Murió en Barcelona o residía pero quiso descansar en un sencillo nicho familiar de nuestra ciudad.
A cinco años ver del 150è aniversario de su nacimiento habría que conseguir – tal y cómo ha hecho recientemente el Ayuntamiento de Argentona con su casa de veraneo – que el Ayuntamiento de Mataró presidido por el convergente Joan Mora (que traía a su programa electoral la adquisición de su casa natal) haga los pasos necesarios para destinar la casa del Callejón número 38, como Centro Difusor de su gigantesca figura y de su ingente obra. Y hacer también una gran exposición donde quede constancia de todo el que hizo, una biografía actualizada y el que haga falta. Implicar, también, en el Parlamento de Cataluña porque el país reconozca de manera explícita – de una vez - los méritos sobrados que hizo a lo largo del suyos 89 años de vida dedicados al país.
Puig y Cadafalch, a pesar de los años que hace que ya no es entre nosotros, periódicamente es motivo de actualidad como cuando se restauró el estandarte de Ripoll, por el Grupo de Historia del Casal (1997), la erección de las Cuatro Columnas de Montjuic (2010), el Centenario de la Expedición al Valle de Boí (1907) para estudiar y rescatar las iglesias románicas; el "Año Puig y Cadafalch" (2001), la erección de una estatua al parque Municipal, y hace muy poco con la adquisición de su casa modernista de Argentona por parte del Ayuntamiento de la villa.
El Ayuntamiento de Mataró tendría que hacer suyo el reto de restituir la figura de este mataroní y catalán ilustre que tanto ha hecho por Cataluña a fin de que tenga el reconocimiento de su ciudad natal pero también de su país.
Faltan cinco años pero hay que poner hilo a la aguja ahora mismo.