El mayor despliegue policial de los Mossos d'Esquadra en su historia. Unos 750 agentes de la policía de la Generalitat desembarcan en Mataró el 16 de junio para intervenir en más de una septuagésima de talleres textiles clandestinos y viviendas donde trabajan de forma presuntamente ilegal ciudadanos chinos. El macrooperatiu policial se salda con 77 detenidos y los Mozos aseguran que ha permitido liberar 450 personas de la explotación laboral. El objetivo es desarticular las mafias que hay detrás de estos talleres y que, según la policía, obligan los ciudadanos chinos a trabajar de sol a solo cada día de la semana y a vivir de manera infrahumana en los mismos locales. La operación, llamada "Wei", provoca un grande rebombori en la ciudad y coge el gobierno municipal completamente de imprevisto. El departamento de Interior de la Generalitat no avisó el Ayuntamiento, un hecho que el alcalde Baron atribuyó a un "error de protocolo".
Bien pronto, pero, se hace patente que la operación Wei provocará un terrabastall social en la ciudad. Dos días después de la redada, la comunidad china se manifiesta al pasaje Aneto contra el cierre de los talleres y para reclamar que no tienen nada que ver con la mafia. Los momentos más tensos, pero, se producen aquella misma noche, cuando cerca de 200 chinos se concentran de manera espontánea ante la sede de Vía Pública para reclamar un lugar donde dormir, puesto que muchos de ellos se han quedado sin techo al precintarse los talleres donde trabajaban. Muchos de ellos han tenido que pasar la noche al raso, durmiendo en la playa o en las montañas. Un atardecer muy caótico que acaba con 53 afectados realojados por los Servicios Sociales al albert de Tueste Almendro de Cabrera de Mar. Al resto se los envía a la Oficina Social de Atención Integral de las Tres Rocas.
Ningún detenido en la Prisión
Sorprendentemente, ninguno de los 77 detenidos a la operación Wei acaba en la prisión (quedan en libertad con cargos y sin fianza). El alcalde Joan Antoni Baron asegura que no entrará a valorar el operativo hasta que no se levante el secreto de sumario del caso, cosa que al acabar el 2009 todavía no ha pasado. Aún así, no se está de decir que el Ayuntamiento "se ha sentido solo" a la hora de hacer frente a la situación derivada de la macrobatuda, en referencia al poco apoyo recibido desde la Generalitat. Pocos días después, Baron reclama la reapertura de los talleres textiles chinos precintados que funcionaban de manera legal, cerca de una treintena que disponían de licencia municipal. El sector textil mataroní y maresmenc se suma a la petición, puesto que en algunos de los talleres precintados quedan pedidos de empresarios de la zona pendientes de acabar."Si se quiere que Mataró siga manufacturando productos o artículos textiles, no se puede tener cerrada toda una parte de la oferta", destaca el presidente de ASEGEMA, Josep Espígul. Los propios afectados, propietarios de locales con licencia, denuncian la "desidia" judicial y las pérdidas económicas que los está suponiendo.
Cinco meses después de la redada, el juez emite un auto que acuerda el levantamiento del precinto de 59 de los 72 talleres clausurados, con lo cual pueden volver al trabajo y normalizar la actividad en el sector textil local. El año se cierra con la segunda fase de la operación Wei, el día 24 de noviembre. El nuevo operativo policial, mucho menos espectacular que el de junio, se centra en gestorías de ciudadanos chinos y casas particulares en Mataró, Barcelona y Santa Paloma de Gramanet.