Bernat Aranyó

La imposibilidad de emanciparse

Los y las jóvenes de este país topamos desde hace años, con un gran muro. El hecho de poder emanciparnos y por lo tanto, de tener acceso a una vivienda digna, se ha convertido en un hecho impracticable. Los contratos temporales, la precariedad laboral y los sueldos de miseria, nos condenan a residir en casa de los pares/madres hasta los 30 años, con suerte. Un contexto donde la emancipación juvenil se hace cada vez más compleja y tardía, en un sistema donde la juventud quedamos excluida de poder crecer y vivir dignamente como tal, de autogestionarnos y de poder crear nuestros propios espacios de relación, de aprendizaje y comunidad cotidianas.

Si analizamos el conjunto de publicaciones y análisis recientes, observamos como la media de edad de los jóvenes españoles a la hora de emanciparse de casa de sus padres es a los 29,5 años, convirtiéndose en la sexta más alta de la UE, cuando la media comunitaria es de 26 años (cifras extraídas de Eurostat). Según datos del segundo trimestre de 2019, tan sólo el 18,5% de las personas jóvenes de entre 16 y 29 años en España están emancipadas, según el Consejo de la Juventud de España.

Uno de los factores que impide la emancipación es el paro juvenil. Según datos del INE del tercer trimestre de 2019, la tasa de paro de los jóvenes de 16 a 19 años en Cataluña fue del 28,55%, y de la franja de 20 a 24 años fue del 22,36%. Hay que tener presente, que más de la mitad de las personas jóvenes asalariadas tienen contratos temporales y en cuatro de diez casos, los contratos tienen una duración inferior a un año. Aun así, hay que sumar la precariedad/temporalidad laboral y las condiciones paupérrimas en qué muchos jóvenes se encuentran en su lugar de fina.

El Observatorio por la Emancipación del Consejo de la Juventud de España publicó el pasado diciembre, el balance del primer trimestre respeto la emancipación juvenil al Estado. Al informe, se detalla el siguiente: "una persona joven en Cataluña, tendría que dedicar el 119,7% de su salario para hacer frente al pago del alquiler, ante el 75,5% que supondría sufragar la cuota hipotecaria, siendo en ambos casos, porcentajes mucho por encima del umbral recomendado del 30%".

En este sentido, uno de los otros factores ha sido el aumento descontrolat y feroz de los precios del alquiler, debido a la presión y especulación inmobiliaria, entre otros. En Mataró por ejemplo, actualmente no hay ninguna vivienda por debajo de los 750/800€, más bien al contrario. Un hecho, que sumado a los sueldos paupérrimos, imposibilita todavía más la entrada necesaria para financiar la adquisición de una vivienda. De nuevo, un sistema capitalista que nos aboca a la pobreza y precariedad más absoluta.

Esta grave situación, ha sido generada debido a las nulas políticas públicas planificatives en materia de vivienda y de emancipación juvenil, por parte de los diferentes gobiernos, responsables directamente de la situación actual que sufre el país, de emergencia habitacional.

Hace falta más que nunca, que los y las jóvenes nos autoorganitzem en espacios de lucha cómo son los sindicatos y plataformas de vivienda, para hacer frente a: la especulación, los fundes buitre, las entidades y élites financieras y los diferentes gobiernos. Desde nuestros barrios y calles, en defensa de una vivienda digna para todo el mundo.

Aun se tienen que incentivar proyectos de masoveria urbana y cooperativas en cesión de uso y de vivienda, como modelos alternativos a los tradicionales. Ahora nos toca hacer frente a un sistema que nos quiere invisibilitzar y condenar. Toca tomar de nuevo las calles, y exigir pan, techo y trabajo dignos para todos y todas. Que nadie ni nada, nos corte las alas!