Los datos de la segunda oleada de Covid-19 han consolidado los últimos días una clara tendencia a la baja. Al seguimiento diario de indicadores como el riesgo de rebrote o el Rt, a efectos epidemiológicos, se suma la primera rebaja en el número de personas ingresadas y ocupación de la UCI que indicarían que empieza a remitir la presión hospitalaria. Esta bajada tiene, pero, un motivo claro: un mes de restricciones a la interacción social ha sido clave para doblar la curva.
Hoy, 16 de noviembre, se cumple un mes exacto desde el cierre decretado de bares y restaurantes a nivel catalán. La medida de la Generalitat de Cataluña, renovada en dos ocasiones (y que tiene que acabar el 23 de noviembre, en un principio) se tomaba para frenar la tendencia a la alza del riesgo de rebrote. El 25 de octubre se aprobaba el toque de queda y el 19 de octubre elc onfinament perimetral de fines de semana o el cierre de la cultura y el deporte. Se advierte en todas y cada una de las nuevas restricciones que sus efectos tardarían cerca de 15 días de reflejarse en los índices epidemiológicos y que la traslación a efectos hospitalarios todavía iba con más retraso. Ha sido así?
Mataró, dos semanas negras en octubre
Cuando el 19 de octubre la Generalitat decreta el cierre de la hostelería, los datos de Mataró ya hace días que se han descontrolat. Si durante agosto y septiembre el índice de rebrote ha ido subiendo y bajando aleatoriamente, es entrar el mes de octubre e iniciar una subida descontrolada. Se empieza con 195 puntos (justo bajo el umbral del riesgo muy alto) y el 16 de octubre se está a 912 puntos. Sigue subiendo hasta que el día 22 supera los 2.000 puntos. Es la culminación de dos semanas negras en las que la capital del Maresme acumula unos datos que la singularizan como uno de los puntos de más transmisión comunitaria en todo Cataluña.
El 25 de octubre, con el anuncio del toque de queda y la entrada en vigor de nuevo de l'Estado de Alarma coincide, de pleno, con el momento de máximo descontrol de los índices. Teniendo en cuenta que el balance del mismo día se calcula con los datos consolidados de 3 días atrás, precisamente el confinamiento nocturno se implementa en Mataró justo cuando se está por sobre los 2.000 puntos. También aquel mismo fin de semana, desde el Consorcio Sanitario del Maresme se asustan con el alud de nuevos ingresos que, literalmente, devuelve la situación de asistencia hospitalaria a cifras y medidas de la primavera. Se empieza a cancelar actividad no Covid.
Cierres generalizados y la curva sigue a la baja
Desde el 29 de octubre, el día de entrada en vigor del último paquete de medidas, el riesgo de rebrote no ha dejado de bajar a Mataró. Ha pasado de estar por sobre los 1.500 puntos al último indicador, que es de 536, con el Rt siempre por debajo de 1. Es decir, todo y la polémica del cierre cultural, deportivo y de movilidad de fines de semana, los indicadores epidemiológicos han bajado un 66% desde entonces.
La conclusión es evidente. A nivel mataroní todas y cada una de las restricciones aprobadas han tenido efecto sobre el riesgo de rebrote.