Su ademán hieràtic, vestido de negro esconder detrás las ojeras de solo, cigarrillo y whisky en mano, sobre un taburete, aguantado la mirada de centenares de personas en una sala de fiestas o de millones de espectadores a la televisión, las pausas, los silencios, su castellano catalanitzat, lo "saben aquel que dice...". Con estos elementos, Eugenio construyó un personaje que se ha convertido en un icono, recordada por todo el mundo en este país cuando ya hace 17 años de su muerte. Detrás del humorista, del símbolo, del personaje, había Eugeni Jofra. Y es él, la persona, a quien el periodista mataroní Jordi Rovira ha querido capturar al documental 'Eugenio', que ha escrito y dirigido junto a Xavier Baig. Estrenado al festival DocsBarcelona con una recepción de público y crítica fenomenal, actualmente se puede ver a la plataforma digital Filmen, donde está batiendo todos los récords de audiencia.
El documental ha hecho que todo el mundo vuelva a hablar hoy de Eugenio porque expone, de manera elegante pero sin tapujos, la cara oculta y trágica del humorista. "Su vida no fue ningún chiste" afirma Rovira. El mataroní se ha pasado dos años sumergiéndose en la vida de Jofra, desde sus orígenes como músico junto a su primera mujer, Conxita, hasta su trágico final, pasando por los años de fama absoluta, los ingredientes que lo convirtieron en un símbolo, el brutal talento arriba el escenario que escondía una gran inseguridad en si mismo y un sorpresivo pánico escénico, suyo más que discutible papel como padre y marido, su afición por la noche y a las mujeres o sus problemas con las drogas. Un documental que deja un regusto amargo, pero que permite saber quién era realmente Eugenio. "No hemos querido juzgarlo, sino ayudar los espectadores a comprenderlo mejor", resuelve Rovira, un periodista mataroní de larga trayectoria. Autor reportajes de investigación a diarios como El País, también es el coautor de documentales como 'Desmontando Laietana' o 'Joana Biarnés' y el actual director de la revista 'Cabecera', que edita el Colegio de Periodistas.
Por qué os decidís a hacer este documental?
Después del estreno de 'Joana Biarnés, una entre todos', leímos una entrevista con en Gerard, el hijo grande de Eugenio, y ya intuimos que allá había una vida que merecía ser explicada. Nos reunimos con él, empezamos a estirar el hilo... Ha sido una investigación de dos años, donde hemos entrevistado a medio centenar de personas que lo conocieron directamente, y dónde hemos rebuscat a todo tipo de archivos personales, familiares y televisivos. La vida de Eugeni Jofra fue tan intensa como poliédrica, y necesitábamos tantos testigos valiosos como fuera posible para explicarla de manera coherente y cuidadosa.
Para quien vea el documental, Eugenio nunca más será el mismo.
Nos pensábamos que íbamos a realizar un documental sobre un famoso, pero hemos acabado con la sensación de haberlo hecho sobre la vida de un desconocido. Qué sabíamos de él, todos juntos, más allá que era un personaje que nos daba risa mucho? Pero resulta que la vida de la persona, la de Eugeni Jofra, es una historia trágica, y tenemos claro que el film no deja indiferente a nadie. Muchos espectadores nos han dicho que los ha dejado entristecidos... Pero estamos convencidos que no rompemos ningún mito. Que sacando a la luz su parte humana, el icono se agranda. Después de ver el documental, no se te sacan las ganas de volver a escuchar sus chistes. Está claro, pero, que ya no lo verás nunca igual.
"No hemos querido juzgarlo, sino ayudar los espectadores a comprenderlo mejor"
Qué diferencias hay entre Eugenio y Eugeni Jofra?
Eugenio transmitía una enorme seguridad arriba del escenario. Sin decir nada, encendiendo el pitillo y mirando el público ya daba risa la gente. En cambio, en su vida personal él era mucho más vulnerable que la imagen que transmitía. Para él, el escenario era terapéutico, le compensaba muchas cosas que la vida le sacaba. Y cuando por motivos de salud tiene que abandonarlo, todo en él se rompe.
"Un golpe conocemos su vida, podemos dar más valor al hecho que nos diera risa tanto"
Muchos de los elementos que descubrimos de su vida privada al documental no son nada edificantes.
Cómo dice uno de los personajes que lo conocieron y que aparecen al documental, "las personas no están para ser juzgadas, sino para ser comprendidas". Esto es el que hemos intentado, hacer un trabajo honesto, evitando sensacionalismos y con una realización el máximo de elegante posible para explicar cosas que a menudo no lo sueño mucho, de elegantes. Hay aspectos negativos que tenemos que plasmar porque son estructurales en la vida de Eugenio, sin ellas otras muchas cosas no se entenderían. Evitar los juicios es también ponerlo todo a la balanza. Su vida fue tan intensa que aquello bueno era buenísimo y aquello doliendo, también, sin término medio.
"Pensábamos que íbamos a realizar un documental sobre un famoso, pero hemos acabado haciéndolo sobre la vida de un desconocido"
Hace falta un ejercicio de empatía muy grande para entender según qué actitudes suyas, sobre todo con la familia
Eugeni se queda viudo con 38 años y dos hijos, con una fama que apenas le explota en aquel momento. Se le ha muerto la mujer, la Conxita, sin la cual no habría habido Eugenio tal y como él mismo reconoce. No tiene que ser nada fácil. Mucha gente que lo ha conocido nos ha explicado auténticas maravillas. Eugenio tenía un talento descomunal, ayudó muchísima gente, era enormemente divertido. Cerca del 80% de las cosas que explicamos de él al documental son positivas, pero no todo lo fue. Creo que vale la pena hacer este ejercicio de empatía, ponernos en su piel y pensar si en el fondo nosotros no habríamos actuado también de manera similar. Eugenio encarna como nadie el tópico del payaso triste. Pienso que hoy, un golpe conocemos como fue realmente su vida, podemos dar todavía mucho más valor al hecho que consiguiera darnos risa tanto.