El 2011 es el gran año del pintor mataroní Ricard Jordà. Se cumple nada más y nada menos que el 50è aniversario de su primera exposición. "Se llama muy pronto, pero los cargo todos a los hombros", bromea el veterano artista. La celebración de una efeméride tan especial tenía que ser de traca y pañuelo: una grande antológica coorganizada entre Caja Laietana y el Ayuntamiento de Mataró, que ocuparía las tres plantas del Ateneo y las dos del Museo. "Tenía que ser algo muy especial, pero finalmente no ha fructificado", resume Jordà. Problemas económicos derivados de la crisis han impedido este gran proyecto, cosa que le causó una gran decepción. Jordà, pero, lo he traído "de manera serena y estoica", y ha decidido que nadie le arruinarà la fiesta. "Me la monto yo mismo", asegura.
Uno de los puntals de esta celebración se vivirá en el Espacio Renacuajo a partir de miércoles, día 30. Jordà inaugura una exposición formada íntegramente por obra reciente que seguramente sorprenderá muchos de sus seguidores. A pesar de que Jordà es conocido sobre todo por su vertiente pictórica, esta muestra está integrada por esculturas y montajes. Una serie de obras que el artista presenta como "mi pintura, en volumen". La estética, el concepto y los símbolos que integran sus teles se encuentran ahora en tres dimensiones, ya sea en esculturas de tiza sobre piedra o bien en unos particulares montajes en forma de cajas donde se reúnen diferentes objetos. El crítico de arte Pere Pascual, que firma el prólogo de un libro que acompaña esta exposición (con epílogo del escritor Manuel Patrício) constata que estamos ante "la evolución natural" de Jordà.
El propio artista revela que la pintura ya no lo excita tanto como antes. "A estas alturas, cuando hago el esbozo ya sé como quedará el cuadro, y yo una obra de arte lo tengo que sufrir", resume. Jordà necesita nuevos retos y los plasma en esta original exposición, que a pesar de todo establece un continuum con su trayectoria artística. Las obras que se podrán ver en el Espacio Renacuajo mantienen el espíritu crítico, comprometido e irreverente de Jordà. La única concesión a la pintura que se podrá ver a la exposición es un gran tríptico donde se confrontan tres niños pertenecientes en tres clases sociales muy diferentes: de la opulencia a la miseria. "El artista tiene que ser alguien comprometido, porque el arte es lúnica representación auténtica del que pasa en el mundo, el resto lo escriben los que ganan", afirma.
Jordà complementa la muestra del Espacio Renacuajo, que se inaugura el miércoles 30 de noviembre, con una exposición a Galo-Arte, que se podrá ver a partir del 2 de diciembre y que estará integrada por aceites de gran formato que hasta ahora no se han podido ver en Mataró. El artista mataroní, además, firma este año el tradicional Torró de Autor de la pastelería Uñó. 50 años de exposiciones no se celebran cada día.
Miércoles, día 30. A 2/4 de 8 del anochecer al Espacio Renacuajo
Ricard Jordà