El Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lleida alerta de los "graves peligros" de instalar piscinas hinchables a balcons o azoteas sin hacer un estudio previo de la estructura del edificio para evitar cualquier tipo de daño. En un comunicado, los profesionales recuerdan que por norma general, un edificio aguanta una presión de 200 kilos al metro cuadrado; esto equivale a una piscina con 20 centímetros de agua aproximadamente. "La mayoría de los edificios no están preparados para soportar el peso de estos elementos", indican en n comunicado. Por eso, recomiendan consultar un arquitecto porque evalúe los parámetros estructurales y así conocer si el suelo está preparado para aguantar el peso y, por lo tanto, garantizar la seguridad de las personas.
A pesar de que no hay una ley que prohíbe el uso de las piscinas hinchables, recomiendan que antes de hacer cualquier instalación, se pose en conocimiento de la comunidad de propietarios.
A la azotea hace falta acuerdo de la comunidad
Si la instalación es a la terraza o balcó de uso privado, el propietario no está obligado a comunicarlo pero si se coloca una piscina en la azotea comunitaria, sí que será necesario tener el permiso de la comunidad. En este sentido, añaden que un metro cúbico de agua pesa unos 1.000 kilos y que "para que el peso de una piscina no sobrepase los 200 kilos al metro cuadrado de sobrecarga que puede soportar la estructura del edificio, no tendría que tener más de 20 centímetros de altura.
Las compras se han disparado
"La compra de piscinas portátiles se ha disparado desde la pandemia y este verano, (...) nosotros lo desaconsejamos y en caso de que se haga, no olvidar el sentido común y el respeto para el resto de vecinos, evitando ocasionar posibles molestias a la vecindad y posibles daños a las instalaciones de la finca", señala en Lorenzo Viñas, gerente del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lleida.