Ser autónomo no se nada fácil. Tanto si somos pequeños trabajadores cómo grandes empresarios, siempre hay mucho más riesgo que en el caso de ser asalariado. A menudo no se trata de una elección propia sino de una necesidad que requiere la empresa por la cual trabajamos o sencillamente una situación nacida raíz de las tendencias laborales actuales. A continuación nos centraremos al repasar el tema de las pensiones de los autónomos, puesto que se trata de un tema que ha evolucionado en cierta medida en los últimos diez años y al que hay que parar atención.
Evolución de las pensiones de los autónomos en los últimos 10 años
Gracias a un informe elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), podemos descubrir que hoy en día la pensión mediana que cobra un jubilado incluido en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RINDA) se sitúa en unos 780€ al mes. No se trata de una cifra muy elevada, pero tenemos que tener en cuenta que solo el 52 % de los trabajadores autónomos cotizan por la base mínima (es decir, unos 944€ al mes).
En cuanto a la evolución de esta cifra, es evidente que ha crecido en cierta medida en los últimos años. Según recoge el informe de la ATA, los datos de la Seguridad Social apuntan que al 2005 (fue el primer año donde se empezó a mesurar) la prestación mediana era de 445,50€, además de que ascendió hasta los 685,70€ en 2019 y unos 230€ de media a la actualidad. Si lo queréis en porcentajes, podemos asegurar que las pensiones por los autónomos han crecido un 30 % en la última década.
Por qué han crecido y qué futuro nos espera?
Es fácil encontrar el origen de este crecimiento en los datos, al menos de forma general. Para empezar, tengo que comprender que la jubilación se calcula en función de la base de cotización de los últimos 24 años. Debido al aumento de esta base mediana y a que hoy en día son muchos más los trabajadores autónomos que tienen sueldos mensuales más elevados, ha podido crecer todo ello.
Todavía nos encontramos lejos de lograr las cifras de jubilación que tienen los asalariados, un 40 % más altas que las de los autónomos, pero confiamos en que en el futuro la situación se estabilice y podemos conseguir unas pensiones dignas, seamos autónomos o no. Para llegar a este punto deseado es necesario actuar por la vía individual y personal, puesto que muchos autónomos ven su cotización cómo un impuesto y por este motivo la intentan bajar al mínimo (comprensible sobre todo en el caso de los más jóvenes, con pocos ingresos) porque piensan que de esta forma están ahorrando, cuando en realidad están recortando sus pensiones.
Es necesaria la educación específica en temas de autónomos, puesto que actualmente siguen sin ofrecerla en la gran mayoría de estudios superiores. Esto causa un desconocimiento global del tema que se deriva al cometer muchos errores para no comprender bien la situación. Además, ya a nivel gubernamental, se tienen que continuar desarrollando leyes y normativas específicas por los autónomos con el objetivo de diferenciar bien cada tipo de trabajador y trabajo para finalmente conseguir mejorar nuestra situación en el futuro.
Fuente: business insider