La pandemia de la COVID-19 ha causado un gran impacto en el ámbito laboral de todo el mundo. Seamos pequeños empresarios, asalariados o cualquier otro tipo de perfil, todos nos hemos visto afectados de una forma uno otra. Quién tiene la suerte de mantener su trabajo este 2021 quizás no se ha podido adaptar a las modificaciones, como una alternativa basada en el teletrabajo o simplemente ya no es feliz y quiere recorrer un nuevo camino. Tener inseguridades y miedo a los cambios es parte del ser humano. Somos animales de costumbres y sobre todo en esta época tan entraña que nos ha tocado vivir desde hace ya casi un año, nuestra rutina se ha vuelto generalmente muy monótona y aburrida. Este es un aspecto que a muchos se los ha dado cierta seguridad, pero para el resto ha despertado una necesidad de cambiar algo.
Ya sea en el ámbito personal o en el profesional, cualquier cambio para salir de la monotonía diaria se de agradecer. Ya sean pequeños, como comprar algo que nos haga ilusión por Internet, como grandes cambios (una mudanza o un cambio de trabajo), todo puede suponer una montaña todavía más difícil de superar que antes de la pandemia. Sea qué sea vuestro caso, si tenéis la oportunidad de cambiar de trabajo, queréis hacerlo, pero en la hora tenéis miedo de dar el paso, no os perdéis las recomendaciones que os ofrecemos en este artículo.
Como perder el miedo a cambiar de trabajo
- Nada se definitivo: si estamos estancados y no somos felices, cambiar nos puede ayudar. Probablemente no se trate de una decisión definitiva, sino que más adelante podremos volver a nuestro trabajo o bien a una línea de trabajo similar si no nos acabamos de encontrar cómodas en el nuevo lugar, sea por el motivo que sea.
- Valorar todas las posibilidades: una forma práctica de decidirnos y sacarnos el miedo de sobre es la de coger un folio de papel y hacer una lista comparando los rasgos característicos de nuestro trabajo actual respecto a los del nuevo trabajo a la que queremos aspirar. Si la balanza se inclina de forma significativa jefa uno de los dos lados, nos podremos decidir con más facilidad.
- Dinero vs Tiempo: dos de los parámetros principales que se suelen tener en cuenta en la hora de cambiar de trabajo son el dinero (un aumento de sueldo) o el tiempo (poder librar un poco nuestro horario y tener más tiempo para descansar). Es importante que haya un equilibrio entre estos, puesto que si cobremos mucho pero no tenemos tiempo para disfrutar de nuestra vida, no nos servirá demasiado el hecho de acumular tanto dinero. Esta es una decisión puramente personal y en cada caso se tendrá que valorar el que necesitamos más.
- Todo se acostumbrarse: el miedo de no ser suficientemente buenos en el nuevo puesto de trabajo al que llegamos siempre estará allá, pero la clave está al saber apartar estas inseguridades de nuestra mente y centrarnos en dar lo mejor de nosotros mismos. Si lo hacemos así, tan solo nos quedará pendiente la misión de acostumbrarnos a las nuevas tareas, rutinas y cambios para poder lucir y encontrar nuestro propio espacio, donde estemos cómodos y satisfechos con nuestro trabajo diario.