zapatería descuentes

Cada vez quedan menos zapaterías en Cataluña

La caída de las zapaterías acreditado por los datos oficiales es comparable a la de los quioscos, mercerías y droguerías

 

 

Una de cada cinco zapaterías cerró entre 2019 y 2022 en Barcelona, según datos del censo comercial del Ayuntamiento de la capital catalana. Estos datos coinciden con la tendencia general en Cataluña, que pasó de tener 2.929 en 2017 a 2.305 cuatro años después, según el departamento de Empresa de la Generalitat. Desde Pimec, constatan la pérdida progresiva de este tejido empresarial más allá de las zapaterías desde la covid.

A nivel catalán, los establecimientos al por menor de calzado y complementos de piel también han ido a la baja, ya que cayeron un 21,3% desde 2017 hasta 2021, según los datos más recientes del Censo de Establecimientos Comerciales de Cataluña del departamento de Empresa. Si en 2017 había 2.929, al año siguiente la cifra retrocedió hasta las 2.794, en 2019 hasta las 2.691 y, en 2021, después de la pandemia, el número de zapaterías era de 2.305.

La tendencia en Cataluña de las tiendas en general ha sido de retroceso, en el mismo período, con 92.552 censadas en 2021, un 3,2% menos que cuatro años antes (95.614), un porcentaje sensiblemente inferior a los establecimientos de calzado y piel. Entre los otros gremios con un número significativo de comercios y con una caída comparable, destacan el de las librerías y quioscos (-28%), el de las mercerías y paqueterías (-23,2%), las tiendas de muebles y máquinas de oficina (-22%) y las droguerías y perfumerías (-22%).

Clienta en una zapatería del centro de Mataró

 

PIMEC pide más "conciencia" y trabajar el relevo generacional

En Pimec Comercio han constatado a través de las asociaciones profesionales que representan la desaparición progresiva en los últimos años no solo de zapaterías sino de otros comercios de proximidad, particularmente desde la pandemia y de la mano de "la acentuación de la compra por internet". Su presidente, Antonio Torres, apunta que hay más de una causa para explicar el fenómeno. Por un lado, la irrupción del comercio electrónico y la competencia a menudo "desleal", dice de las grandes plataformas hacia los establecimientos físicos de proximidad. Por otro lado, dice que faltan campañas de "concienciación" sobre los beneficios del comercio y alerta sobre el riesgo de "desertización" de las ciudades si este se pierde.

Por último, Torres dice que, puertas adentro, también los establecimientos pequeños deben hacer un esfuerzo de adaptación a los nuevos tiempos, "digitalizándose". Además, considera que otra clave es trabajar el "relevo generacional" en estos establecimientos (por ejemplo, a través de las prácticas de la Formación Profesional dual), para evitar los cierres que se producen de negocios que "son perfectamente viables" pero no encuentran sucesor.