2020, año de pandemia. Decían que todo iría bien. Era una mezcla de pensamiento positivo forzado, cursileria de poca monta y convención social de la más banal. Evidentemente, no todo ha ido bien. Casi todo ha ido mal. Las cosas difícilmente podrían haber ido peor. Y seguimos. Pero en medio de tanta oscuridad, y grisor, también nos deslumbran algunas chispas de luz. Verkami, empresa mataronina de micromecenazgo para proyectos culturales, hizo durante el 2020 récord de recaudación.
“Verkami es una empresa que financia proyectos creativos y culturales. Ponemos la herramienta, la página en línea donde el autor puede explicar el proyecto. Entonces, la gente hace las aportaciones. Es otra manera de consumir cultura. Te permite vivir el proyecto, seguirlo y sentírtelo también como tuyo.” Jonàs Sala es uno de los fundadores de Verkami. El proyecto nació el diciembre del 2010 cuando, después de pasar por la incubadora del TecnoCampus, se hizo realidad la idea del padre de en Jonàs, en Joan: “Vio que en los Estados Unidos se empezaba a hacer micromecenazgo y nos lo explicó a mí y a mi hermano. Nos pareció innovador e interesante. Como grandes consumidores de cultura que éramos, nos parecía muy atractivo poder ayudar a los artistas del país a hacer realidad sus proyectos.” Entonces no había nada equivaliendo en Cataluña, pero tampoco en el Estado ni al conjunto de Europa.
Diez años después, Verkami ha financiado 8.780 proyectos con un porcentaje de éxito del 73%. Las aportaciones de más de un millón de mecenas y la plataforma mataronina han hecho posible propuestas culturales que van de la música al mundo editorial pasante por trabajos audiovisuales, pero también algún proyecto científico, de artes escénicas o del sector de la alimentación. Para los mecenas se establecen unas recompensas originales y que varían, como es lógico, en función de la aportación económica.
Cuando todo va empezar en Jonàs hacía un doctorado en física computacional y su hermano, Adrià, acababa historia del arte. Ahora, ellos y ocho trabajadores más se encargan del día a día de la empresa. Verkami cobra el 5% de la recaudación de los proyectos que tienen éxito. Sobre la paradoja que teóricamente supone que en año de pandemia, con toda la retahíla de problemáticas sociales y económicas asociadas, Verkami haya recaudado más que nunca, Jonàs Sala propone una teoría: “Quizás como que la gente no puede consumir cultura como lo hacía antes, con las restricciones en el cine o al teatro, ahora apuesta por proyectos de micromecenazgo. Es una manera de sentir que, en parte también gracias a tú, el mundo de la cultura sigue bien vive.”
Este año pasado Verkami también ha acogido proyectos para ayudar a salas de teatro o de cine que lo están pasando mal por culpa de las restricciones, y otras iniciativas que han nacido fruto de creaciones artísticas a casa en época de confinamiento. Actualmente, la empresa mataronina finanza con éxito unos 1.000 proyectos el año. Durante la década se han recaudado más de 40 millones de euros (con las aportaciones de este más de un millón de mecenas). Solo el pasado 2020, la plataforma recaudó más de 5 millones de euros (récord absoluto del decenio) logrando un éxito del 77% en sus proyectos (cuatro puntos por encima de la media de la década). Es el tanto por ciento de éxito más alto de las grandes plataformas a nivel mundial. Jonàs Sala lo atribuye a la cura que tienen de todos los proyectos: “Los asesoramos y los acompañamos para que planteen su campaña de manera óptima.” Verkami quiere decir, en esperanto, amor por la creación. Difícilmente era posible encontrar un nombre más indicado para la empresa.