"El objetivo número 1 del deportista es ir a los Juegos y, si puede ser, ganarlos"

Pere Robert precisa de poca presentación, ya que hablamos de uno de los deportistas mataronenses con una trayectoria más destacada: waterpolista surgido del Centro Natación Mataró, triunfó en el Club Natació Montjuïc y en la selección española, participando como jugador en tres Juegos Olímpicos (Moscú 1980, Los Ángeles 1984 y Seúl 1988), y en ocho más como jefe de equipo (Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020). En 2015 recibió la insignia del Comité Olímpico Español por su brillante trayectoria como deportista y dirigente. Por tanto, resultaría complicado encontrar en nuestra ciudad a alguien que conozca mejor lo que es una Olimpiada, y ante los inminentes Juegos de París 2024, hemos querido dialogar con él para repasar su carrera y también para analizar la salud del olimpismo y del deporte mataronense.

¿Quién es Pere Robert?

He sido toda la vida un deportista enamorado de mi deporte, el waterpolo, aunque tengo otras facetas en mi vida, como es lógico. Laboralmente, trabajé muchos años en la Dirección de Deportes y también en Presidencia en el Ayuntamiento de Mataró, hasta que me jubilé hace tres años. Intento ser una buena persona, ayudar en todo lo que puedo, y me considero implicado en todo lo que representa el servicio público. En el mundo federativo, sigo echando una mano como directivo, buscando soluciones a los problemas de los diferentes equipos o federaciones de waterpolo.

Cuéntanos tus orígenes en Mataró.

Cuando era niño, fui toda la vida a la Escola Pia, hasta el COU. Después, estudié Ciencias Empresariales en ESADE. De joven, practiqué fútbol, baloncesto (de infantil jugué en el CD Mataró), pero unos amigos me animaron a hacer natación y entré en el Centro Natación Mataró, primero como nadador y más tarde como waterpolista. En aquellos tiempos no había piscina cubierta y durante el invierno hacíamos gimnasio de lunes a viernes y los sábados íbamos a Barcelona a entrenar, a la piscina Sant Jordi o a las instalaciones del Montjuïc. Cuando se hizo la piscina municipal en Mataró, los nadadores pudimos dar un gran salto. Yo nadaba espalda y llegué a ser tercero de Cataluña, mientras que en los campeonatos de España quedé quinto, en una época en la que destacaba Santiago Esteva, un gran nadador.

Destacaste como waterpolista. ¿Qué recuerdas de esa etapa?

Llegó un momento en el que encontré que el waterpolo era más divertido que nadar, y entonces comencé a jugar en el equipo del CN Mataró. Subimos de segunda a primera categoría, pero luego volvimos a bajar. Yo ya había sido convocado con la selección española, y entonces el seleccionador me dijo que no me podía seleccionar si estaba en segunda división. Eso me motivó a ir al CN Montjuïc, donde desarrollé prácticamente toda mi carrera. Tanto el CN Mataró como el CN Montjuïc me pagaron los estudios, y eso siempre lo he agradecido mucho.

En el Montjuïc ganamos cinco veces la liga, llegamos a una final de la Copa de Europa y también de la Recopa, aunque perdimos ambas finales. Con la selección española jugué más de 350 partidos con la absoluta y fui capitán durante cinco años, de 1983 a 1988, formando parte de grandes equipos como el que en 1983 ganó la medalla de bronce en los campeonatos europeos disputados en Roma, que fue un gran hito para nuestra selección, ya que era la primera medalla que se conseguía. A partir de ahí, se abrió un camino que llevó muchos grandes éxitos a nuestro waterpolo, como todos sabemos. En 1988 me retiré de la selección y continué jugando dos años más con mi club, el Montjuïc. Una vez retirado, me propusieron ser el jefe de equipo, o "team leader" como decimos, de la selección, y acepté encantado.

¿Qué referentes deportivos tuviste en tu juventud?

En aquella época, el CN Barcelona lo ganaba todo, fue campeón en más de cuarenta ligas, y allí había grandes referentes. Recuerdo también la selección que fue a los Juegos Olímpicos de México 1968, que yo ya seguía. En la revista Destino salió un reportaje con todos los seleccionados, lo recuerdo perfectamente, y aquellos jugadores que aparecían eran mis ídolos.

En nuestra ciudad, iba a ver el baloncesto, con los Martínez, Burillo, Auladell... También el hockey, con los Vila, Lorente... Tengo el recuerdo muy vivo de ir al pabellón Josep Mora y al velódromo con los amigos. Con mi padre iba a ver el fútbol, y entonces un jugador muy querido era Esindi. A nivel de Mataró, estos eran nuestros ídolos.

Manel Estiarte te definió en su libro "Todos mis hermanos" de la siguiente manera: "un amigo en el sentido más profundo de la palabra, un hermano, un waterpolista con quien conviví en los años difíciles pero encantadores de la selección, cuando aún no ganábamos medallas". Estamos hablando del mejor waterpolista de la historia... ¿Quién es Manel Estiarte para Pere Robert?

Como jugador, sin duda fue el mejor del mundo. Lo tenía todo: disparo, velocidad, liderazgo... Él ganaba los partidos, era clave. El juego de hoy no es como el de antes, pero yo creo que Estiarte seguiría siendo el mejor. A veces veo jugadas y pienso: "aquí Manel haría gol". Es un líder nato. Como persona, somos muy amigos, íntimos. Compartimos muchos años, torneos, dormíamos juntos en las concentraciones... Hablamos a menudo, le llamo yo o me llama él, nos ayudamos... Tenemos una gran amistad.

Participaste en tres Juegos Olímpicos con la selección española. ¿Cuáles son los mejores recuerdos de esos campeonatos?

El objetivo número uno del deportista es ir a una Olimpiada, y si puede ser, ganarla. En mi caso particular, la primera fue la de Moscú 1980, a la que fuimos como Comité Olímpico Español (COE), no como España. Había el boicot de Estados Unidos a estos Juegos, al que se sumaron otros países a raíz de la guerra de Afganistán, y nosotros estuvimos sufriendo hasta el último momento, porque no sabíamos si iríamos. Aquí, se produjo una jugada que hay que reconocer a Suárez y también a Samaranch, que creo que fueron valientes al enfrentarse a Estados Unidos y decidir ir a Moscú, argumentando que iba una organización privada sin ánimo de lucro, como era el COE. Incluso en la ceremonia de apertura de los Juegos no desfilamos con la bandera española, sino con un cartel con el escudo del COE. La salida al estadio fue impresionante, se me puso la piel de gallina: solo al salir, a mano derecha, recuerdo como si fuera ayer que había banderas republicanas y señeras catalanas, que luego supimos que eran de "niños de la guerra" que se habían quedado en la Unión Soviética y nos recibieron con muchos aplausos. Estábamos muy emocionados con el desfile. Hicimos un gran torneo, clasificándonos en cuarta posición, perdiendo con la Unión Soviética en semifinales y ganando a selecciones importantes como Italia. Fue una experiencia fantástica. Como jugador, es mi mejor recuerdo olímpico.

Después, en 1984 llegó la Olimpiada de Los Ángeles, en la que quedamos nuevamente cuartos clasificados. Aquí notamos unas diferencias muy grandes entre la organización de 1980 y la de 1984. La primera, en la URSS, estaba totalmente montada por el Estado, y no faltaba nada. Las instalaciones eran fantásticas, nuevas, la comida muy buena también, abundante... En 1984, la organización en cambio era absolutamente privada, y aquí me sorprendió que había grandes carencias: a modo de anécdota, había días que no había pan o aceite en los comedores, y en cuanto a las instalaciones, en el caso del waterpolo íbamos a jugar a las piscinas de la universidad de Pepperdine, en la costa de Los Ángeles, no a instalaciones construidas para los Juegos. En Seúl 1988, había lo que diríamos un mix de organización pública y privada, como luego pasó en Barcelona. Aquí, además, los Juegos sirvieron para transformar la ciudad, y eso yo creo que se inventó en Barcelona.

Después, al retirarte, seguiste estrechamente ligado al mundo del waterpolo. ¿Qué responsabilidades has desarrollado?

Como jefe de equipo, la medalla de oro en Atlanta 1996 fue el momento más importante, por todo lo que significó. Teníamos un gran equipo, un "Dream Team". Dragan Matutinovic, seleccionador en Barcelona 92 (donde ganamos la medalla de plata), preparó a los jugadores física y psicológicamente muy bien, y luego, con Joan Jané, con más tranquilidad y una buena gestión, se logró ese gran éxito. Ganamos dos mundiales más, fueron diez años dorados. Actualmente, creo que volvemos a estar "on fire".

Casi todos los jugadores de aquella gran generación están bien situados en la actualidad: entrenadores, gerentes, Toto (Pedro García Aguado) también se ha reinventado ayudando a los jóvenes, en la televisión y escribiendo libros... Tenemos a Miki Oca como seleccionador, a Dani Ballart entrenando al CN Mataró, a Jordi Payà como gerente del Catalunya, a Jordi Sans como director deportivo en la Unión de Federaciones Deportivas Catalanas, a "Chava" Gómez en China, también hay compañeros trabajando en ayuntamientos... Siempre tendremos, eso sí, un recuerdo muy especial para Jesús Rollán, que siempre está en nuestra memoria. Su muerte fue un golpe muy duro, en unos tiempos en que prácticamente nadie hablaba de salud mental ni sabíamos nada. Intentamos ayudarle, pero no lo logró...

Actualmente, jugadores y jugadoras tienen estudios, cosa que ya pasaba en mi época, cuando trabajábamos y estudiábamos. Ahora, todos estudian, gracias también a que hay facilidades por parte de las universidades, la federación también facilita que aquellos que quieran ser técnicos puedan tener una formación específica... Hemos avanzado bastante en este sentido.

En esta nueva etapa fuera de la piscina, has estado presente en ocho Juegos Olímpicos más. ¿Cuál ha sido tu tarea?

He sido jefe de equipo, "team leader", de la selección española, desde mi retirada en 1988 hasta la actualidad. También soy responsable del área de waterpolo en la Federación Española de Natación. El waterpolo tiene mucho peso en la federación, y Fernando Carpena, presidente, creó una vicepresidencia de waterpolo, de la cual soy yo el responsable. En la Federación Catalana soy también vicepresidente primero institucional. Estas son mis responsabilidades directivas actuales.

En las competiciones de alto nivel ejerzo como jefe de equipo. En los Juegos, por ejemplo, siempre he estado en la Villa Olímpica. Mi tarea consiste en encargarme de toda la intendencia del equipo, cualquier problema lo debo gestionar: transporte, comida, viajes, equipaciones, salidas, también reclamaciones deportivas... Mi función debe servir para que los jugadores y el entrenador se preocupen solo de jugar y entrenar.

Durante muchos años, hasta los Juegos de Pekín 2008, siendo el "team leader" también estaba en el banquillo. En Atlanta 96, por ejemplo, TVE me dio un "pinganillo" para escuchar lo que se hablaba en el banquillo, se puede encontrar el vídeo del partido en YouTube. Ahora, ya no estoy en el banquillo, el deporte ha evolucionado mucho, ahora todo está informatizado, se necesitan muchos técnicos... Mi lugar ahora está en la grada o en el palco, aunque sigo bajando a los vestuarios con las jugadoras y los técnicos, ayudando en todo lo que puedo.

¿Qué harás durante los Juegos de París?

Estos serán mis primeros Juegos desde 1980 en los que no estaré presente físicamente. Este año se han limitado mucho las acreditaciones de los equipos y no estaré con la selección española de waterpolo. Eso sí, seguiré con mucho interés todo lo que pase en París, por supuesto.

¿Cómo ves estos Juegos?

Una Olimpiada es un parque temático del deporte. Los deportistas disfrutan de todo eso, pero nosotros, las selecciones de waterpolo, tenemos un nivel que hace que no vayamos solo a participar, sino que queremos ganar. Hemos hecho una preparación muy buena, tanto en la selección masculina como en la femenina, pero eso no es garantía de medalla, obviamente. Sí creo que lo más importante es llegar en las mejores condiciones posibles al torneo, porque luego está la cuestión del juego, si la pelota entra o da al palo. Yo creo que los deportistas llegan en muy buenas condiciones, y que hay opciones de medalla claramente.

A nivel organizativo, sabemos que París es una gran ciudad y se supone que todo estará muy bien organizado: nuestras instalaciones y la Villa Olímpica son nuevas, etc. Esperamos que todo salga estupendamente bien.

Durante muchos años fuiste el Director de Deportes del Ayuntamiento de Mataró, hasta tu jubilación en 2021. ¿Cómo valoras esos años?

Estuve treinta años en el Ayuntamiento, ocho de ellos en Presidencia. Entré porque se reformó la piscina municipal y se hizo un concurso para cubrir la plaza de director. Nos presentamos tres personas y lo gané yo. Luego, por diferentes cuestiones, llegué a la Dirección de Deportes y desarrollé ese cargo durante muchos años. Fue una gran experiencia, estoy muy contento con mi trayectoria. El deporte de la ciudad ha mejorado y estoy muy satisfecho.

Desde mi punto de vista, la clave del deporte en Mataró tiene que ver con lo que yo llamo "las tres patas": 1) clubes estructurados, 2) apoyo del Ayuntamiento, y 3) la ciudad, el apoyo de los privados, los patrocinadores. Queremos los mataronenses que el deporte de la ciudad progrese, teniendo en cuenta estas tres patas. Aquí está la clave. Actualmente, tenemos un sistema "soviético" en el deporte mataronense: el Ayuntamiento hace la instalación, paga el agua, la luz y el mantenimiento, pone el conserje en los pabellones, pone el bar para que el club lo explote, deja que se ponga publicidad en los equipamientos para que el club haga negocio, y además les da subvenciones. Los clubes pagan una tasa que es aproximadamente un 10% de todos los costos que asume el Ayuntamiento, y aun así, nunca es suficiente. Deberíamos reflexionar al respecto, porque pueden venir tiempos peores, ya que la administración asume unos costos muy elevados. El Ayuntamiento debería hacer pedagogía de toda la tarea que desarrolla.

Eres una voz autorizada para hablar del deporte mataronense. ¿Cuál crees que es su estado actualmente?

El deporte mataronense tiene una salud fantástica. Tenemos una gran cantidad de deportistas. Hay unos estudios de la Generalitat que explican que más del 50% de la población de Mataró hace deporte durante la semana: clubes, deporte de ocio, deporte escolar, gimnasios privados, etc. Eso mueve muchísima gente, y detrás hay una cuestión de salud, de promoción de valores, etc.

Luego, siempre está la cuestión de los equipos profesionales. Aquí hay que tener en cuenta lo que cuesta tener un equipo en la élite de deportes como el baloncesto o el fútbol, que son muchos dinero. Luego hay equipos como el hockey patines o el waterpolo, en los que es más asequible a nivel económico participar en las grandes categorías, y llevan el nombre de la ciudad por todas partes, lo cual es muy importante.

En los últimos años, referentes como Núria Martínez, Albert Ramos, Marta Torrejón, Raquel González, Berta Ferreras, Aina Florenza, Martí Casas, o incluso el fenómeno del momento, Lamine Yamal, por citar solo algunos ejemplos, demuestran que nuestra ciudad sigue siendo una cantera inagotable de deportistas de alto nivel. ¿A qué crees que se debe este hecho? ¿Podemos traer alguna medalla olímpica a nuestra ciudad, como ya hicieron otras dos grandes deportistas, como Marta Bach o Roser Tarragó?

Ahora tenemos a Anni Espar, que aunque no es de Mataró juega aquí desde hace muchos años, y que al igual que Isabel Piralkova, también formada aquí, pueden hacer medalla con la selección española. Tenemos en atletismo a Raquel González, que aunque tiene mucha competencia puede hacer un buen papel... Lo mismo con algunos nombres que has citado tú... Hay deportistas que progresan en la ciudad, hacen el salto a clubes de élite, y además siempre reivindican que son mataronenses, y eso está muy bien.

A nivel Paralímpico, también tenemos deportistas destacados, como por ejemplo Ariel Schrenck, Dani Ferrer o Berta García, y aquí me gustaría detenerme en la gran labor que hace el Centre Natació Mataró, con la colaboración de la cooperativa B-Swim. ¿Crees que tenemos posibilidades de medalla en París?

Ir a la Olimpiada ya significa que estos deportistas tienen un gran nivel, y en el caso de los deportistas del CN Mataró, que han ganado campeonatos de España, eso significa que pueden estar en la élite a nivel internacional. Se hace una gran labor, absolutamente. Veremos qué pasa, pero está claro que hay posibilidades de medalla.

Pero no todo el deporte es profesional, obviamente. ¿Qué mensaje transmitirías a nuestros lectores respecto de lo que representa la práctica deportiva? ¿Qué deporte practicas tú actualmente?

La práctica deportiva es, en primer lugar y como todos sabemos, una cuestión de salud. También cumple una función fundamental en la difusión de los valores que implica el deporte: compañerismo, respeto, esfuerzo... Hay valores muy potentes que te ayudan a formarte como persona, desde bien pequeño. A mí me han ayudado, como a todos. Y ayudan también en la vida laboral, en las relaciones personales, etc. Son valores esenciales