El 27 de julio es el día de Les Santes y aquí lo que manda es el ritual. Una jornada en la que el programa de actos viene marcado por la tradición, en este caso inamovible: Matinadas, Ida al Oficio, Misa de Les Santes, a comer y resguardarse del calor, y coger fuerzas para La Pasada, por la tarde, y para el Castillo de Fuegos, la cita más multitudinaria de Les Santes.
Y así fue, una vez más, ayer sábado, día 27. Las matinadas despertaron a los mataronenses, o ayudaron a no dormir a quienes seguían de la Verbena de la noche anterior. La Ida al Oficio fue una vez más el desfile más formal de Les Santes, con el orden protocolario, todas las figuras y comparsas precediendo a las autoridades.
La Misa, en Santa María, contó con toda la solemnidad habitual y con la brillante interpretación de la Misa de Gloria de Mosén Blanch, bajo un nuevo director, Gabriel Miralles, quien se estrenó en esta función. Una joya patrimonial que resplandece sonoramente cada 27.
Por la noche, decenas de miles de personas se dieron cita en el Paseo Marítimo de Mataró para asistir al Castillo de Fuegos, de nuevo de la mano experta de Pirotecnia Tomás. Como se está haciendo desde la Covid, los fuegos se lanzaron desde tres puntos diferentes de la ciudad, una decisión controvertida que pretende acercar el espectáculo a todos los mataronenses a costa de perder cierta intensidad en su lugar tradicional, desde el Frente Marítimo.
El día 27, en imágenes
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