El acto de homenaje a la figura de Josep Maria Rovira-Requesón, promovido por el Ayuntamiento el pasado sábado a Can Xalant, no salió como el consistorio esperaba. El recuerdo al autor de la escultura Laia la arquera, en el décimo aniversario de su muerte, quedó en segundo término cuando se hicieron evidentes las fuertes desavenencias que mantiene la familia del artista con el ente municipal. El artista Néfer, hija de Rovira-Requesón, aprovechó su turno de palabra para cargar inesperadamente contra la IMAC. "Su infraestructura ha vuelto a fallar, el acto no ha aparecido en ninguno de los canales oficiales", lamentó, ante la poca difusión que se ha hecho. Además, criticó la elección de la sede, Can Xalant. "El acto no ha sido organizado por el pensamiento contemporáneo –en clara referencia al nombre del centro de creación - sino por el pensamiento atemporal de la familia". Néfer también tuvo palabras para el presidente del IMAC, Sergi Penedès, con quién lamentó no haberse podido reunir para hablar del acto a pesar de haberlo pedido insistentemente.
Néfer prefirió no dar más detalles de las razones del conflicto que mantiene la familia (al acto también estaban sus otros dos hijos) con el Ayuntamiento, ni en su discurso ni tampoco al acabar el acto. Quedó claro, pero, que la familia está muy molesta por la manera como se había organizado el homenaje, como si se hubiera hecho a espaldas suyas. El alcalde Joan Antoni Baron, que presidía el acto, salió al paso recordándolos que la organización del homenaje había ido a cargo del departamento de Presidencia, y no de la IMAC. "Con los errores que se hayan podido cometer, este es un acto organizado con objeto de bien, en memoria de Rovira Requesón", apuntó. Baron también defendió la elección del emplazamiento, Can Xalant, que parte del ámbito artístico mataroní voz como un espacio excluyente y muy lejos de las necesidades que tiene el sector de la plástica local. "Escogimos Can Xalant para tener Laia como telón de fondo del acto y porque es un espacio que tiene que ser de todos", constató el alcalde.
Las desavenencias también pueden tener origen en las dos iniciativas que se presentaron sábado por la tarde en el acto de homenaje, un nuevo web dedicado a Laia el Arquera y a la figura de Rovira Requesón, y la reproducción a escala de la citada escultura. Esta pieza es obra de Josep Maria Rovira Juan, asistido por el diseñador Àlex Valls en el acabado y el packaging, y está integrada en el proyecto "Laia el arquera, un presente para Mataró". Néfer quiso dejar claro que estos eran unos proyectos de la familia, y no del Ayuntamiento, dando a entender que el consistorio se había apropiado de las ideas. Tampoco gustó que entre el público, bastante numeroso a pesar de la poca difusión que se había hecho del acto, figuraran muy pocos artistas mataronins, en especial aquellos que trabajaron en el entorno del propio Rovira-Requesón, y ningún miembro de colectivos como Martes del Limonero o la asociación Santo Rebrote.
El agria e incómoda situación vivida en el acto del pasado sábado fue un reflejo, en todo caso, de la fractura existente desde hace años en el campo del arte mataroní. Una fractura que ha roto gran parte de los puentes existentes entre un sector importante de la plástica y los responsables de la política cultural, y que comporta que los acontecimientos artísticos a la ciudad presenten siempre muchos números de verse rodeados de polémica.
Un recuerdo, a pesar de todo
La polémica sesgó completamente la jornada, que a pesar de todo también sirvió de recuerdo a Rovira-Requesón. El crítico e historiador del arte Daniel Giralt-Miracle hizo una glosa del artista, resiguiendo toda su trayectoria y a salto de mata artísticas en qué participó. "Mataró encontró en él un gran artista, un maestro, un líder y un ciudadano generoso", dijo Giralt-Miracle. Rovira Requesón nació en el barrio de Gràcia de Barcelona, pero vivió casi 40 años en la capital del Maresme desde 1961 hasta el 2000, año de su muerte. Laia el Arquera es su gran testigo, una escultura que "la ciudad se ha hecho suya y que se ha convertido en el referente geográfico y estético de los mataronins", en palabras del alcalde. La obra de Rovira Requesón, pero, fue mucho más allá de la escultura monumental, puesto que alcanzó facetas artísticas como el dibujo, la pintura o el diseño (fue creador de diferentes carteles de fiestas de Mataró, o del logotipo de Caja Laietana). Una obra y una trayectoria que tendría que haber sido la gran protagonista en el acto de homenaje a Rovira-Requesón pero que quedaron eclipsadas por la polémica.
Laia el Arquera, de telón de fondo del acto
Comentarios