El final de los peajes del Maresme previsto por este verano puede acabar durante poco. A l'expectación e incertidumbre que genera que todavía no esté definido ni precisado el sistema de funcionamiento por la C-32 después del final de los actuales peajes, la comarca que tiene el primer peaje de todo España (lo del tramo Mataró-Montgat) ve ahora cómo el gobierno español plantea a Europa un sistema de pago de las vías de alta capacidad que supondría el regreso de los peajes el 2024, tres años después de su finalización.
El gobierno español tiene prevista la implantación de un sistema de pago por uso a las autovías, que se podría empezar a aplicar a partir del 2024, según plantea el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliència que el ejecutivo de Pedro Sánchez ha remitido a Brussel·les . El documento asegura que antes buscará el acuerdo social y político para avanzar hacia el modelo que "de usuario pagador" y bajo el principio "quien contamina paga".
El gobierno español resalta que el Estado tiene una red estatal de 26.466 kilómetros, de los cuales unos 12.000 pertenecen a carreteras de alta capacidad, con unos gastos de conservación "crecientes" y que "no se posible que sean asumidos de manera directa por los recursos presupuestarios", apunta el documento.
El ejecutivo calcula que, siguiendo la experiencia internacional, los peajes podrían tardar dos o tres años, como mínimo, al ser implantados. Es el tiempo que se necesita al "desarrollar los instrumentos normativos y crear la estructura", precisa.
Garantizar la preservación de la vía
El gobierno quiere incentivar "comportamientos más sostenibles y eficientes"
Así mismo el plan admite que esto "está generando un déficit acumulado de mantenimiento de la red, con una pérdida de su valor, así como el consecuente deterioro de la calidad del servicio y consecuencias en la seguridad vial". El gobierno español considera que el sistema del pago por uso "permitiría garantizar la conservación de la red viaria además de generar incentivos hacia la mayor eficiencia en el modelo de transporte" para reducir la emisión de gases.
Además, justifica que estas reformas fiscales buscan incentivar "comportamientos más sostenibles y eficientes", es decir, "internalitzar los costes externos ligados en el impacto ambiental (contaminación, ruido, ocupación del espacio", congestión o mantenimiento de las infraestructuras).
Pendiente de ley y garantía de polémica
Estas y otras medidas, que se podrían hacer extensibles a todas las carreteras de la red estatal, quedarían recogidas en la futura Ley de movilidad y financiación del Transporte, que tiene como objetivo principal recoger las políticas públicas en estos ámbitos y que "respondan mejor a las necesidades reales de los ciudadanos" y a los retos de la sostenibilidad, la digitalización y la cohesión social y territorial, según recoge el documento.
Entre otros, tiene que recoger los criterios para la financiación del transporte público y el fomento de la digitalización y la innovación. El ejecutivo también traslada a las autoridades europeas que son iniciativas que van en linea con la otros países europeos cómo Francia y con la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la Comisión Europea. La previsión es que en el primer semestre de este año se haga una primera lectura al Consejo de Ministerios y que la aprobación definitiva sea a la segunda mitad del 2023.
El gobierno también señala que la ley dará respuesta a las recomendaciones hechas por la Airef sobre infraestructuras. En este sentido, detalla que se priorizarán los proyectos planificados, una mejora de la coordinación con otras administraciones y una mayor interacción con la sociedad civil, entre otros.
Rechazo de los transportistas profesionales y la población general: apuesta por una campaña de concienciación
Por otro lado, este apartado del Plan de Recuperación identifica cómo uno de los principales impedimentos para salir adelante este proyecto es el "riesgo de rechazo" por parte de los transportistas profesionales a estas medidas y por eso apuesta para seguir el ejemplo francés y tratar de llegar a acuerdos. Tampoco espera que el peaje sea bien recibido por la población en general y considera que "con campañas de concienciación se atenuará este efecto". Además, sugiere que el pago o por uso pueda ser "escalable y progresivo" o que haya "reducciones y bonificaciones a colectivos menos favorecidos o usuarios habituales".
La propuesta recogida en el Plan de Recuperación llega pocos meses antes de la finalización de las concesiones de la AP-7 entre Tarragona y la frontera y la AP-2 entre Saragossa y el Vendrell y coincide con el debate creciente de cómo ha ser el modelo de financiación de las vías de altas prestaciones. El gobierno español ya ha dejado claro en numerosas ocasiones que no prorrogaría las concesiones y que las vías revertirían en el Estado, a pesar de que hasta hace poco no había hecho constar por escrito cómo lo pensaba hacer.
Hace unas semanas, La Moncloa ya planteó la modalidad del pago por uso en este plan, que encara no había remitido a la Unión Europea y es ahora que ha concretado más aspectos, cómo por ejemplo, su previsible puesta en marcha a partir del 2024.
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