Pere Aragonès, el primer maresmenc Presidente de la Generalitat

Este viernes 21 de mayo del 2021, Cataluña ha visto cómo se investía el primer Presidente de la Generalitat maresmenc: Pere Aragonés García. El candidato de Esquerra Republicana de Cataluña ha recibido a la tercera todos los votos de la mayoría independentista del Parlamento de Cataluña. Ente los próximos días tomará posesión y nombrará su gobierno. El pinedenc es el gran protagonista de la jornada.

A Pere Aragonés le corresponde el título de ser el 132è Presidente de la Generalitat de Cataluña, el undécimo desde el restablecimiento de la institución durante la Segunda República. Ninguno de sus antecesores eran maresmencs, si bien Artur Cortijo y Jordi Colina también tenían raíces y mucha relación con la comarca. Aragonés llega a ser la máxima autoridad del país después de liderar la lista de ERC en las elecciones del pasado 14 de febrero, de ganarle el liderazgo independentista a Juntos por Cataluña y de un largo periodo de negociaciones entre partidos independentistas que han prácticamente agotado el plazo legal para la elección de un nuevo Presidente. Aragonés ya perdió dos votaciones de investidura semanas atrás pero finalmente hoy ha sido investido por el Parlamento.

Una carrera de partido y gestión

Pere Aragonés ha visto hoy como el edificio del Parlamento estaba Oriol Junqueras, presidente de ERC, que ha aprovechado un permiso penitenciario para no perderse el regreso del partido republicano a la presidencia del país. La relación entre los dos es la variable clave para entender buena parte de la carrera y el ascenso de Aragonés. El pinedenc, muy arraigado a su municipio (donde vive y quiere seguir viviendo, y es miembro de asociaciones y entidades) entró a las JERC, las juventudes del partido y en solo cuatro años fue escogido portavoz nacional. A las juventudes empieza a forjar su perfil de trabajador y gestor, que le valdrá ser reconocido dentro de los cuadros del partido. En estas conoce Junqueras, que hace de historiador cómplice en numerosos actos. La relación la recuperarán años más tarde.

De las JERC pasa en el Parlamento, donde a sus 38 años acumula ya 14 años de presencia. Volverá a Pineda de Mar, como regidor, para liderar la oposición durante un mandato en el que disfruta y crece como político en casa, en pueblo. El que podría haber sido una carrera más en clave interna, de regreso al Parlamento, recibe un impulso cuando se reencuentra con Junqueras quién lo promueve internamente y le encomienda el cargo de Secretario de Economía cuando es vicepresidente del gobierno. Cargo de máxima centralidad, en el día a día, tanto de cara al escaparate cómo en la tramoya de la gestión, Aragonés responde y refuerza su idea de gestión. Es el complemento de Junqueras y por eso acabará aconteciendo el delfín

A raíz del otoño de 2017, voz como la justicia le cierra el vicepresidente y mentor o encausa buena parte de su equipo a Economía. Con una ERC condicionada, se posa al mando de la nave republicana y siempre con línea directa con Junqueras (y sin menospreciar Marta Rovira, que se escabulle al extranjero para rehuir la prisión) es el hombre fuerte para lo que haga falta. ERC empieza con él la última etapa del viaje a la centralidad políticia y la hegemonía dentro del independentismo. Un tiempo en el que Aragonés busca margen propio como vicepresidente económico del caótico gobierno de Quim Torra, bastante la apuesta de la tabla de diálogo con el gobierno español o se posiciona para ser el candidato que devuelva la máxima representatividad del país al partido que lo anhelaba desde después de la República.

En toda la peripecia de negociaciones de los últimos meses, después de superar a Juntos por un diputado, Aragonés ha tenido que cultivar todavía más esta imagen de gestor, de querido perfil medio (que no bajo) y de intento de una nueva socialdemocràcia republicana que emule la preponderancia de la SNP escocés. Al discurso de investidura exitoso lo reconoció.

De Pineda al Palau de la Generalitat, más de media vida política contemplan al primer Presidente del Maresme. Una historia que apenas ahora empieza y que sabe que él querría que fuera determinante, transformador y también que no acabara como los últimos mandatos.