Piden 20 años de prisión por maltratar, violar y amenazarla de muerte durante años

La Audiencia de Barcelona ha juzgado este miércoles a un hombre acusado de maltratar, violar y amenazar de muerte a su pareja durante años en Sant Pol de Mar. Según las acusaciones, que piden para él 20 años de prisión, el hombre la agredió sexualmente en el verano de 2020 bajo amenaza de muerte y en otras ocasiones la golpeó y maltrató psicológicamente. El acusado, quien ha negado los hechos, asegura que la denuncia es falsa y que la mujer lo utilizó para conseguir la residencia en España. La mujer ha declarado a puerta cerrada y ha ratificado la denuncia.

La pareja se conoció en Sudáfrica y vivió allí un tiempo desde 2016. En 2018, él dejó el trabajo, se trasladó a Cataluña y empezó los trámites para que ella y su hija pudieran establecerse en España unos meses después. Según las acusaciones, desde Sudáfrica el acusado sometía a la víctima a agresiones físicas y psicológicas continuas, generando en ella un clima de "temor y dominación permanentes" que le causaban angustia y humillación. Sin embargo, él afirma que la relación era "maravillosa" y que estaba profundamente enamorado de ella.

Según explicó el acusado, a medida que ella avanzaba en los trámites de residencia en España, comenzó a distanciarse de él. A mediados de 2020, ella le dijo que "se había acabado el amor", y él empezó a sospechar que la relación solo era un medio para que ella obtuviera la documentación de residencia.

Una noche de verano de 2020, todavía bajo restricciones por la pandemia, el acusado, según la denunciante, obligó a la mujer a ir al salón del piso, la agarró del brazo, la hizo sentarse en el sofá y la amenazó con matarla si no le practicaba una felación, a lo cual ella se negó. La tiró al suelo, le puso un cuchillo de grandes dimensiones en el cuello y la amenazó de muerte. Finalmente, la violó. El acusado niega estos hechos, aunque admite que ambos bebieron mucho esa noche.

Al día siguiente, la mujer logró salir del piso y tomó el tren hasta Mataró, desde donde llamó a su cuñado, hermano del acusado, para que fuera a recogerla. Le dijo que había tenido una discusión con su pareja. Su cuñado y su esposa la recogieron en coche y la encontraron nerviosa, con signos de vómito y síntomas de haber bebido mucho alcohol. La mujer les dijo que su pareja la había agredido sexualmente. Ellos insistieron en llevarla al hospital y a presentar una denuncia, pero ella se negó, queriendo solo ir a la casa de la pareja, ducharse y dormir. Al día siguiente, la relación se normalizó, según dijeron el hermano y la cuñada, quienes también reconocieron que el acusado consumía cocaína. No obstante, ninguno de los dos observó marcas físicas de agresión en la víctima.

Según el acusado, cuando su hermano lo llamó para pedir explicaciones, él le dijo que no había hecho nada, pero que llevaran a la mujer a presentar una denuncia. La relación empeoró y, a principios de 2021, el acusado le pidió a ella que dejara su casa. El 4 de marzo, la recogió en coche para que se llevara sus pertenencias, pero cuando estaban frente a la casa, ella se negó a llevarse nada, según el acusado. Entonces comenzó una discusión dentro del coche, y él supuestamente la golpeó, según la versión de la mujer. Ella salió del vehículo y corrió hacia la comisaría de la Policía Local de Sant Pol, mientras él la perseguía.

Allí, un agente la recibió, y ella dijo que su pareja la estaba persiguiendo. De hecho, el hombre llegó a la comisaría y fue interrogado por otros agentes mientras insistía en que quería ver a su pareja. Fue arrestado y la mujer fue examinada por un médico, cuyo informe forense señalaba que tenía un golpe en la cabeza.

El acusado ha negado haberla amenazado con publicar vídeos sexuales de ambos y también ha dicho que, cuando anunció que terminaría la relación de pareja de hecho y la daría de baja del padrón en su domicilio, lo cual podía poner en riesgo la residencia legal de ella en España, ella lo amenazó con denunciarlo por maltrato, ya que la ley facilita la documentación a las víctimas de violencia de género.

Las acusaciones han retirado el delito de amenazas y uno de maltrato, y han sustituido el de detención ilegal por el de coacciones. Por todo esto, la fiscalía pide 20 años de prisión por violencia habitual en el ámbito familiar, maltrato en el ámbito de la violencia de género, agresión sexual y coacciones, además de 160 euros de indemnización.

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