El Gobierno de la Generalitat hace marcha atrás y estudia alternativas en el proyecto de viaducto sobre el Besós que tiene que permitir alargar el carril buzo de la C-31 en acceso a Barcelona hasta el tramo de Badalona. A la conexión no se renuncia, se sigue buscando. Pero ahora se abre el abanico a otras posibilidades.
El director de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat, David Prado, admite que se está trabajando en "posibles alternativas" para hacer llegar al carril buzo de la C-31 hasta Badalona sin necesidad de construir el viaducto planteado sobre el río Besòs.
Según ha explicado Prado, hay que "hablar con el territorio" después del rechazo mostrado por ayuntamientos cómo el de Badalona, que se muestra contrario a cualquier nueva infraestructura que ayude a consolidar la "barrera física" de la autopista a la ciudad. "Ellos no lo ven demasiado claro", admite el director de Infraestructuras.
El Gobierno había licitado la redacción del proyecto el pasado mes de noviembre y preveía ejecutarlo el 2023, pero ahora recula y lo consensuará con los agentes locales implicados. El viaducto proyectado tenía unos 200 metros de largo y unos 8 metros de anchura. La inversión prevista para las obras era de 9 millones y la redacción ha costado 250.000. El proyecto contaba con financiación procedente de fondos europeos.
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