El Ayuntamiento de Mataró ha llevado a cabo una intervención "en profundidad" en las dos rieras que atraviesan el municipio –Sant Simó y Argentona– con el objetivo de minimizar el riesgo de desbordamientos e inundaciones en posibles episodios de lluvias intensas derivadas del cambio climático. Además de retirar cañas, como se había hecho en el pasado de manera puntual, esta vez también se ha triturado la tierra y se han sembrado plantas autóctonas para favorecer la renaturalización del espacio y contribuir a que las cañas no vuelvan a crecer tan rápidamente. La actuación se ha realizado sobre unos 6.000 metros cuadrados de las dos rieras, y la intención del consistorio es repetirla en 2025 en otros tramos para mejorar la seguridad en el entorno de las rieras.
La intervención en Mataró comenzó el 28 de octubre –un día antes de las lluvias torrenciales de la DANA en el País Valencià– que se saldaron con más de 200 muertos y un impacto social, económico y emocional muy fuerte. Como siempre que suceden eventos excepcionales, la sensibilidad hacia el agua y el riesgo de inundaciones fue evidente no solo en Mataró, sino en todo el Maresme. Siendo la comarca de las rieras y las riadas, el trabajo sobre los riesgos evidentes de inundabilidad en las cuencas de estas ha sido y seguirá siendo materia de acción política y preocupación ciudadana.
La sequía se mitiga pero no se acaba
Por más que 2024, especialmente en su segunda mitad, haya sido un año bastante más lluvioso que el anterior, no se puede decir que la situación de sequía se haya superado, ni mucho menos. En este sentido, la ciudad de Mataró mantiene restricciones visibles y patentes, como la del agua en fuentes ornamentales o la supresión del agua recreativa en actos de Les Santes como la Ruixada.
La sequía persiste, y Mataró puede destacar la eficiente gestión que hace de sus recursos, sobre todo cuando hay varios municipios del Maresme con pérdidas significativas en su sistema. Sin embargo, seguimos conectados a un sistema, el Ter-Llobregat, que aún muestra el campanario de Sau visible. La sequía está presente y lo seguirá estando.
Iniciativas que reconectan con el entorno
Puede parecer una acción política menor –comparada con grandes proyectos, obviamente–, pero Mataró ha implementado en 2024 algunas apuestas para reconectar a la ciudadanía con su entorno. Por ejemplo, una propuesta atractiva para los amantes de la naturaleza y la aventura: una red de 10 rutas señalizadas para descubrir los parajes naturales que rodean la ciudad. Con información detallada sobre cada recorrido, incluyendo el nivel de dificultad, los puntos de interés y consejos útiles, estas rutas son ideales para disfrutarlas al máximo. Además, están diseñadas para todos los niveles, con varias de ellas aptas para hacer en familia y con niños. El festival 2 Terços es otro ejemplo de reconexión.
La ley de costas es infalible: toca deconstruir
La Ley de Costas, aprobada para garantizar la protección del litoral y su sostenibilidad, obliga a la desocupación y eventual desmantelamiento de edificaciones situadas en dominio público marítimo-terrestre, una medida que afecta directamente a zonas del Maresme. Si 2023 fue el año de ver cómo se cerraba y derribaba el Palomares, este año han continuado intervenciones concretas que localmente pueden parecer exageradas, pero que a nivel global permiten que el litoral gane resiliencia. Esta exigencia busca revertir los impactos de la urbanización descontrolada sobre el litoral, aunque genera controversias por el impacto económico y social que supone para negocios y comunidades locales.
Reto por el 2025: Hacer más resiliente un litoral en un riesgo evidente
El litoral del Maresme se encuentra en una situación de riesgo creciente debido al impacto del cambio climático, con paseos marítimos y puertos amenazados por la subida del nivel del mar y los temporales cada vez más frecuentes e intensos. Un estudio reciente alerta de que los paseos de Vilassar, Premià, Masnou o Pineda de Mar son especialmente vulnerables al socavamiento a largo plazo, mientras que los puertos podrían perder operatividad o sufrir inundaciones de los muelles y embarcaderos. Esta situación evidencia la necesidad urgente de acciones efectivas para proteger las infraestructuras costeras y preservar un espacio vital para la actividad económica, turística y social de la comarca.
La Plataforma Preservem el Litoral denuncia la inacción de los últimos diez años y reclama soluciones sostenibles que no perpetúen los errores del pasado. Propuestas como los dragados masivos o la construcción de espigones han sido criticadas por su falta de eficacia a largo plazo y por no cumplir con la normativa europea de gestión costera.
El Consell Comarcal del Maresme ha intentado impulsar la colaboración entre los ayuntamientos para elaborar una respuesta conjunta, pero hasta ahora los esfuerzos no han dado lugar a medidas concretas. Mientras el territorio espera una actuación coordinada, los temporales siguen erosionando las playas y poniendo en peligro infraestructuras clave. Esta falta de respuesta estructurada deja a la comarca en una situación de gran vulnerabilidad, con un litoral que cada año se degrada más.
La solución no pasa solo por acciones puntuales, sino por un plan a largo plazo que combine la protección ambiental con la adaptación al cambio climático. Esto implica priorizar medidas basadas en la ciencia, como la restauración de dunas o el uso de barreras naturales, en lugar de intervenciones que a menudo resultan más perjudiciales que beneficiosas. El futuro del litoral del Maresme depende de una acción colectiva y ambiciosa, que entienda que preservar la costa no es solo una cuestión ambiental, sino también económica y social.
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