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El coche eléctrico de competición hecho y conducido por alumnos del Àngela Bransuela

El proyecto Steam Bransuela queda segundo en la primera carrera de su historia en la Greenpower de Laredo, al País Vasco

Esta es la historia de cómo una clase de alumnas de un instituto-escuela del barrio de Rocafonda de Mataró acaba compitiendo en una carrera de coches eléctricos con un vehículo hecho a clase por ellos mismos y queda segundo en la competición de debut. Dedo así, suena de película, pero dice mucho el Àngela Bransuela, del proyecto Steam Bransuela y del grupo de cuarto de ESO que lleva el profesor Àngel Gallart.

Cómo todas las historias, podemos empezarla por el inicio. Y la historia del coche empieza hace muchos meses, antes de la pandemia y todo. El Àngela Bransuela conoció en uno de los festivales paralelos al Mobile de 2018 el proyecto de Greenpower , una iniciativa con la cual el grupo clase de segundo de ESO podría afrontar el reto de montar un coche a clase. Se apuntaron. El único grupo de secundaria de todo Cataluña que lo hizo. Van entomar el reto, lo montaron por turnos y justo cuando tenía que proseguir proyecto ya sabemos qué pasó el marzo del 2020. Todo el mundo en casa. Coche desmontado e iniciativa al cajón.

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Los alumnos, con el coche

Ángel Gallart es el profesor responsable del proyecto y explica que "fuimos los primeros de Cataluña a apuntarnos a Greenpower: el grupo clase era muy potente y siempre pedía más. Cuando tienes los alumnos así hay que aprovechar y darlos herramientas cómo este proyecto en el que se implicaba toda la clase". El proyecto se retoma al cabo de dos años, cuando los alumnos hacen "emprendeduría y economía" y montan todo el proyecto para financiar la posible participación en carreras del programa, de nivel estatal. La asistencia de gol es que el viaje de final de ESO está programado al País Vasco. Y una semana antes hay una competición de Greenpower. El Steam Bransuela podrá debutar en competición!

Cuatro alumnos y dos profesores del Àngela Bransuela anticipan una semana la ida al País Vasco para poder competir. Todo el grupo monta y "tuneja" el coche de nuevo en dos semanas, está listo. Y van a Laredo a competir… y quedan salvado: "fue espectacular, de piel de gallina. Primero una primera contrarreloj para buscar la pole donde quedamos cuartos. Después bajamos a la séptima posición y acabamos según la carrera. Sin entrenar y contra gente muy preparada… un éxito y un pase de 'experiencia", resume Gallart.

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El coche del Steam Bransuela

El proyecto tendrá continuidad

El segundo lugar es importante, pero lo es más la significación del proyecto. "Es un estilo de trabajo que incorporaremos al currículum porque genera un trabajo en equipo muy bueno. Poder competir ha permitido ver la culminación. No es solo construir el coche y correr, es todo el que implica. Los alumnos han viste todo el que lo rodea, el compañerismo, el trabajo. El que no era habilidoso con la tecnología se ha ocupado de las redes, del marketing, de la parte más electrónica. Da mucho juego porque todo el grupo se sienta incluido", reflexiona Gallart.

El Steam Bransuela tendrá continuidad y otros centros locales se apuntarán al Greenpower el próximo curso. Gallart explica que "haremos nuevos equipos, cada equipo con su coche". Y el que ya tienen, seguirá su curso. "Tenemos un coche que ya funciona y el reto es que haga tres cursas el año que viene. El reto será seguir trabajando en clase para mejorar elementos como la aerodinámica, las presiones, la gestión de las temperaturas del motor. Irlo mejorando cursa a cursa, este es el reto".

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