David Oleart: "Vivo por la música las 24 horas del día"

David Oleart no necesita demasiadas presentaciones. Con 44 años de experiencia como disc-jockey se podría decir que las ha visto de todos los colores pero lo cierto es que repasar su trayectoria desde la cabina y a los platos todos los episodios son exitosos. EL alma de Qu4ttro, Chasis o la Area Concor es ahora uno de los más solicitados para fiestas populares. Impulsa el tardeo remember más celebrado, el Superéxitos al Cocoa y ha creado una nueva tradición: ser un tipo de DJ residente de la Plaza de Santa Anna de Mataró, que siempre llena a rebosar por un buen motivo. Coronó la fiesta de los 40 años de Capgròs y el próximo día 30 tiene que estar a la Shopping Night. Quien más conoce los gustos y repertorio sentimental de la gente tiene otra cara musical, más minoritaria, alrededor del Melodic techno. Hablamos con él y está toda la entrevista como durante una sesión, con una sonrisa de oreja a oreja.

Cómo fueron los inicios de hacer de disc-jockey, hace 44 años?

Fue en el Mackintosh de Mataró el 4 de octubre de 1980. Yo pinchaba en casa como forofo, haciendo fiestas y mi hermano y su pandilla iban mucho, al Mackintosh. Empecé a frecuentarlo, algún día iba haciendo algo y un día no sé qué pasó que el disc-jockey no estaba bueno y me ofrecí. Teniendo 14 años me dijeron que adelante e hice la sesión de mi vida.

Aquel primer día ya lo notas que será tu vida, aquello?

Lo sabía de antes. Yo dejé de estudiar porque tenía claro que quería ser disc-jockey. Mis padres me dijeron que entonces me tocaba trabajar y hacia la fábrica. Pero esperaba el fin de semana para ir a las discotecas. Querer ser disc-jockey hace 44 años era un propósito casi de tarado, no era como ahora. Nosotros éramos el camarero de los discos, toda la noche cara a la pared. El DJ no era una figura idolatrada, a veces ni conocida. El cambio llega con el Qu4ttro.

Qué tuvo de mítica la discoteca Quattro?

Fue un cambio de tendencia. En una época de pocas discotecas y de un planteamiento concreto, Qu4ttro es la primera que abre pensando en grande. Nosotros éramos unos enamorados de Mallorca y transportamos un poco todo el que se vivía a aquí en el Maresme. Era blanca, con palmeras, con la cabina en medio, con las barras redondas. Era una discoteca muy moderna y musicalmente pillamos el boom de la música disco, del espagueti y el funky. Fue una época muy buena.

Cómo te lo hacías y como te lo haces para ir evolucionando lo que pinchas?

Yo estoy pendiente de muchas cosas y sobre todo intento impregnarme de aquello que estaba pasando afuera, porque aquí íbamos algo más atrás. Con Chasis nos inspiramos con València y con Qu4ttro con un movimiento muy guai de Alemania, con la música industrial y el new beat. El primero siempre vale por dos. Si eras pionero, la cosa iba rodada.

Todo esto, obviamente, sin internet ni Spotify. Cómo te lo hacías?

En Mataró tuvimos la suerte de tener una de las mejores tiendas de discos que hubo en el estado y quizás en Europa: Discos Track. Juli y Paco estaban muy al día, pero mucho. A nivel de importación de discos era una pasada. Salía un disco en Inglaterra o Alemania y el fin de semana ya lo teníamos aquí. Track nos solucionó la vida y todos los disc-jockeys de Cataluña venían a comprar a Mataró. Esto es fuerte y quizás no está bastante valorado. Muchas veces había quién les preguntaba qué había estado escuchando a la cabina. Sin Track no hubiéramos llegado tan lejos.

"Mataró no quiso alardear de ser una capital festiva de Cataluña"

Hablamos de Chasis. Cómo llegas?

Cuando tenemos que cerrar Qu4ttro por problemas con los vecinos estuve un tiempo a Nivell1 pero enseguida viene a buscarme Chasis, que acababa de abrir. Aquello es una inmersión en el sonido de València que ya habíamos apuntado. Es una época donde voy mucho al Spook y me enamoro de todo aquello. Yo llevé la Ruta del Bacalao a Mataró y lo que pasó está escrito. Abrimos el 11 de febrero de 1991 y el primer día ya se llenó a reventar. Desde la primera a la última noche, siempre a reventar. Yo plegué por miedo a hundirla de bien que iba, por riesgo de aburrirme y desmotivarme y por eso me voy al Concor.

Y aquí entra Sabadell.

Sabadell es una locura también. El Concor lo llenamos a reventar y se nos queda pequeño. Y es por eso que nos vamos a una nave inmensa. Aquel era el reto y es cuando hacemos la Area Concor con 6.000 personas dentro cada noche. Abrimos un nuevo mundo el 1995.

Qué pasa después?

Las macrodiscotecas cayeron todas como de golpe. Pasaron de moda porque la música progresiva y lo trance pierden mercado. Estuve solo dos meses sabáticos y entonces abrí el She, con música house, allí en Vilassar. Aquel proyecto ya es directamente nuestro, somos la empresa. El éxito también es brutal y llevamos los mejores DJs del mundo. Dura 6 años y de allá nos fuimos a Ibiza a vivir y tengo suerte de entrar al Pacha, Lío o Bora Bora. También montamos un restaurante. Y ahora ya no tengo restaurante pero hago un montón de bolos y estoy encantado. Cada noche es un sold out!

Cada noche y cada tarde, porque lo que es un fenómeno son las fiestas de Superéxitos.

Está pasando una cosa muy curiosa que es el mundo a la inversa porque los niños ahora salen por la noche y los grandes por la tarde, a la inversa que hacíamos antes. La fiesta Superéxitos está funcionando como un trueno, con 3.000 personas llenando el Cocoa, donde tuvimos que ir porque Privat se nos había quedado pequeño. Yo casi que prefiero pinchar por la tarde que por la noche, ahora. Es un gran invento esto del 'tardeo', al que lo inventó le doy las gracias.

Todos los locales donde has estado han funcionado. Cuál es el secreto?

La constancia y darlo todo. Yo he vivido por la música las 24 horas del día. He hecho horas y horas, kilómetros y kilómetros. Todo el día escuchando música, pensando. La clave es no engañar a la gente, soy sincero y honesto: si veo algo que no me gusta lo cambio sea una canción, una persona o yo mismo. Procuro estar pendiente de la gente y preocuparme, ser honesto. Aparcar el ego y ser fiel a la gente para dar al público lo que quiere. Si hay que ser chapucero y directo, lo soy y de hecho he sido criticado por las mezclas. Y he pinchado siempre por las mujeres, para hacerlas felices con canciones del tipo cantaditas y melódicas que siempre crean armonía y alegría. Hacer ambiente.

El 'sonido València' y 'la Ruta del Bacalao' ahora se vuelve a reivindicar pero estuvo años muy estereotipado como movimiento.

La Ruta del Bacalao se la cargaron los políticos y los medios de comunicación. Un domingo por la mañana por Valencia podían haber 30.000 personas de fiesta, era espectacular. Hubo ganas de acabar con todo aquello diciendo que solo había drogas. La Ruta era buen rollo. Si hablamos de drogas tendremos que decir que hay en los parlamentos, las empresas, los bufetes de abogados, en la calle. No nos engañemos ni seamos hipócritas. Ahora si, ahora no paran de haber fiestas de recuerdo de todo aquello y hay el movimiento remember. Todos los que hacemos remember de todo aquello estamos en nuestra época más dorada.

Por qué pasa?

A la gente no le gusta la música de ahora, el reggaeton, el trap y estas cosas. Y según qué no me extraña. Y hay como una tendencia a mirar atrás. Antes la música la hacían músicos y ahora lo hacen máquinas y ordenadores. Hemos perdido calidad aquí, del mismo modo que ahora hacemos ir productores a discotecas y no funciona. El que hace la música lo tiene que hacer y el que la sabe poner, que somos los disc-jockeys, somos los que la tenemos que poner cuando y como toca porque conocemos el público.

Mataró no era València pero tuvo una movida espectacular en la zona de la Ronda Barceló. Crees que está bastante reconocido todo aquello?

Se calcula que había llegado a haber 20.000 personas en una noche allí en la Ronda! Mataró se quiso esconder de ser una capital de la fiesta, mira que rápido que se lo cargaron. Yo recuerdo fiestas de la espuma de Chasis en medio de la calle con una grúa para saltar a puenting y una piscina… increíble… y piensas ahora y parece que no pueda ser. Había mucho movimiento, todo de locales y restaurantes. Todo aquello era trabajo y dinero para la ciudad. Para la gente, Mataró fue muy importante pero la ciudad no ha querido alardear. Yo creo que estaría bueno hacer una zona muy aseada y controlada como fue la Ronda al Pla d'en Boet: concentrar locales en las naves de dos calles y haces que la gente se divierta poniéndolo fácil, haciéndolo bien y controlado. La fiesta está mal vista y no entiendo el porqué.

Donde casi que eres el DJ residente es en la Plaza de Santa Anna, donde cada fiesta que haces la llenas. Cómo lo vives?

Este año habré pinchado cinco veces, es genial. En esta plaza hay mi vida: es donde venía a escuela, de donde me expulsaron dos veces (ríe) donde hay la ventana por donde miraba fuera esperando que se acabaran las clases. La calle de Barcelona es donde nací y viví hasta los 15 años. La Lionesa, la frutera de en Pera, el pub, el Frankfurt's donde iba a buscar los bocadillos para toda la familia… pinchar aquí es hacerlo donde nací y poderlo hacer tres o cuatro veces siempre me pone la piel de gallina.

Prefieres ser DJ residente o esta fase de hacer bolos?

Para un disc-jockey ser residente de un local y hacértelo tuyo es el mejor pero yo me siento muy cómodo ahora haciendo bolos y viendo como funcionan porque nos hemos ganado la credibilidad. Me lo paso muy bien y tengo que decir que no a muchas ofertas pero este año en verano hemos hecho 30 bolos y en todo el año unos 75. Me gusta mucho ir lejos, ver que te conocen. Prefiero hacer cinco bolos buenos que no 15 de pequeños. Yo no quiero ser una notaría sin ilusión, necesito no cansarme porque llevar una sesión con 5.000 personas teniendo la gente todo el rato arriba de todo es difícil y tiene mucho desgaste. Yo me vacío mucho y si veo alguien que no está moviendo una pierna ya me preocupo. Soy muy exigente conmigo mismo y si una sesión no me sale bien estoy dos días de morros.

Hasta cuando tienes cuerda y nosotros tenemos a DJ David Oleart?

El día que yo acabe saldré de todas las redes sociales y me iré a vivir la vida. Mucho mar, mucho andar y mucha paz porque en las discotecas de paz hemos tenido muy poca. El mundo de la noche es muy estresante. No sé cuando será porque la fecha no la pondré yo, me la pondrá la gente. El día que esté en una discoteca y note que no hago nada habrá llegado: si no te mira nadie, si la gente no baila… será el día que tendré que plegar. Yo ahora mismo me siento muy bien y sin límite: estoy como el primer día y me como cada noche como el primer día. Pero llegará un día que notaré una señal y diré que se ha acabado. Y pasaré de todo a nada: ni pasaré por delante de una discoteca.