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Salva Fernàndez

El botellón es responsabilidad de todos

El Ayuntamiento prepara un plan de ocio nocturno en el que reclama la ayuda de todos los implicados para acabar con un problema creciente

El botellón no es nuevo en Mataró. Tampoco en la propia sociedad catalana o española. Algunas voces de ámbito estatal señalan que esta práctica, consistente  al beber alcohol a la calle, empezó a crecer en puntos como Cáceres a principios de los noventa, donde los jóvenes respondieron a la normativa del Ayuntamiento de cerrar antes los bares con el consumo de bebidas a la calle. Una práctica que se ha extès en el tiempo y popularizado sobre todo en la última década. Los elevados precios de las bebidas a los locales de ocio nocturno, combinados con la crisis económica, el hecho de querer huir de las aglomeraciones y poder combinar los gastos con los amigos son algunos de los motivos por los cuales centenares de jóvenes en Mataró, miles en todo Cataluña, practican el botellón semana detrás semana. Y acabar con él es, recalca el Ayuntamiento de Mataró, responsabilidad de todos.

La regidora de Vía Pública, Núria Moreno (PSC), explicó que desde el gobierno local trabajan con un Plan de Ocio Nocturno que quiere ser "transversal" y contar "con todos los agentes implicados posibles". Un proyecto que va de la mano del nuevo Plan de Seguridad y que pretende regular, dentro de lo posible, una situación que sigue muy presente en puntos como el polígono del Plan de en Boet, donde hay la práctica mayoría de locales de ocio nocturno de la capital del Maresme.

"No se puede atacar este fenómeno sólo con más agentes sobre el terreno, hace falta que la ciudadanía se implique en un problema de salud pública que deriva en problemas de limpieza", recuerda Moreno. Y razón no le falta. Muchos jóvenes vienen de fuera en Cercanías y llegan a la ciudad cargados, inclús bebiendo ya a los vagones, el alcohol que han comprado en establecimientos previamente. Al día siguiente, la suciedad es evidente en los espacios públicos y privados cercanos a las discotecas y bares. Por Moreno, una de las claves se encuentra en "la facilidad" con la que se llega a Mataró con el alcohol a las manos, y por eso hay que "implicar a Cercanías" en esta situación. Esto no es nuevo. Núria Calpe, exregidora de Vía Pública, ya avanzó a principios de 2014 que habría conversas con Cercanías para intentar controlar esta situación, pero queda claro que todavía no se ha llegado a ningún acuerdo.

Educar a hijos... y padres
La educación juega un rol vital en todo ello. Tanto de los hijos como de los padres. "Desde una sola banda no podemos solucionarlo", lamenta Moreno, que recuerda que las sanciones tampoco desvanecen el botellón de la capital del Maresme. "En el último año se hicieron 466 sanciones de 150 euros, de las cuales muchas se aplicaron bonificaciones para pagarlas rápidamente; el problema de esto es que no lo pagan los jóvenes que beben en la calle, lo acaban pagando los padres y por lo tanto, no toman conciencia del que hacen". Moreno también indica que no se puede presionar los bares y discotecas porque fijen un precio más bajo, puesto que esto funciona por pura "oferta y demanda", a pesar de que sobre la mesa queda la pregunta si no saldrían ganando con precios más ajustados que permitieran, aunque fuera, que una parte de los jóvenes que hacen botellón se lo replantearan.

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